Los hoteles de Izamal aún no registran buena ocupación, un propietario de uno de estos negocios señaló que, ahora la ocupación oscila en menos del 50 por ciento debido a la pandemia.
Los hoteleros aún resienten la baja situación económica que ha generado la contingencia por coronavirus, pues sus ingresos han bajado drásticamente, expresó José Carlos González Sosa, propietario del Hotel Hacienda Izamal, quien aseguró que, “antes de la pandemia teníamos un promedio de ocupación del 60 al 72 por ciento y después de varios meses encerrados abrimos en el mes de septiembre y sólo podemos tener el 50 por ciento de habitaciones disponibles y del ese porcentaje, en este mes de diciembre llegó al 30 de ocupación”.
Agregó que en los meses anteriores, hablando de junio, julio y agosto, sólo tenía de un 12 al 20% de ocupación y en este mes de diciembre es cuando aumentó un poco más, llegó al 30%.
Enfatizó que, “el hotel cuenta con diez habitaciones, pero sólo podemos ofrecer cinco, como marca el reglamento del Gobierno del Estado”.
Manifestó que los clientes que llegan al hotel son de nacionalidad mexicana, y muy pocos de nacionalidad americana, asimismo, subrayó que antes llegaba el turismo europeo, pero ahora el continente europeo está cerrado por la pandemia, “es por ello que sólo nacionales y americanos están llegando”, abundó.
Por último, dijo: “visiten Izamal, porque la verdad necesitamos que esto funcione para dar más fuentes de empleo y cuídense de la pandemia para que todo vuelva a la normalidad”, finalizó.
Pocos turistas en fin de semana
Por otra parte, este fin de semana se notó muy poca afluencia turística en la ciudad. Las calles y el centro histórico de Izamal se vieron solitarias ayer, por la mañana, debido a la poca afluencia de visitantes, en comparación de la semana pasada.
Los que llegaron a esta localidad hoy por la mañana tuvieron el privilegio de conocer la esencia de un legado ancestral, como son las maravillas arquitectónicas, entre ellas el atrio del convento de San Antonio de Padua, las pirámides, las calles hechas de piedras recortadas, la gastronomía, más la tradición y cultura de los izamaleños.
Los visitantes, después de su estadía en la Ciudad de las Tres Culturas, se retiraron muy satisfechos de lo que conocieron.