Miles de flores de Nochebuena“pintan” ya de rojo la ciudad de Mérida y, a pesar de la pandemia, el espíritu navideño tiene vida y las ventas van por buen camino para los vendedores que han llegado, en su mayoría, desde el Estado de Puebla, para ofrecer este producto como cada año.
Ya sea en la calle 60, en los alrededores del Gimnasio Polifuncional, en la avenida Itzáes o en la Colón, hay varios campamentos y locales donde se ofrece la Euphorbia pulcherrima, que es el nombre científico de esta flor tradicional de la época navideña.
Sandra Ramírez lleva a cabo la Feria de la Nochebuena en un predio de la avenida Colón, como sucede desde hace 11 años. Ahí espera que se puedan comercializar unas 5 mil flores, de las cuales hay rojas, blancas, color salmón o jaspeadas, al gusto de cada cliente.
Explicó que estas flores son traídas desde Atlixco, Puebla, y quienes en este caso las comercializan son también productores de las mismas, por lo que –aseguró– son de alta calidad y se ofrecen a precios que van de los 35 a los 400 pesos.
“La mayoría de la gente las prefiere rojas, como el 70 por ciento, y los demás las lleva de otros colores”, comentó.
“A pesar de la pandemia hemos visto que la gente mantiene el espíritu navideño, creo que la flor hace que se tenga un poco de esperanza en este momento y sí, se han registrado buenas ventas, aunque esperamos que este mes aumenten”, expuso.
Sobre el cuidado, dijo que es una flor que se debe regar un día sí y un día no, haciéndolo directamente en la tierra. Además, no es una planta de sol directo, sino más de sombra. Aseguró que, si se tienen los cuidados necesarios, la flor puede durar todo el año.
“Con los cuidados puede durar hasta febrero para que se trasplante. Luego perderá sus hojas, pero solo si se continúa regando, y por allá de septiembre vuelve a tener hojas y agarra color”, señaló.
Oscar Cruz Eslava, quien se encuentra cerca del Polifuncional vendiendo, explicó que la flor se cultiva en Michoacán, pero la mayoría de los vendedores que llegan son del Estado de Puebla y, como cada año, en esta ocasión no podían faltar.
Dijo que la primera remesa que llegó es de unas 7 mil piezas de diferentes tamaños y precios, aunque al final puede que se vendan cerca de 15 mil, pero reconoció que hay algo de incertidumbre por la pandemia y si se lograrán buenas ventas.
En el lugar prácticamente se acampa. Los vendedores, todos familiares, colocan sus casas de campaña y ahí pernoctan, porque de hecho hay clientes que sí llegan hasta a medianoche.
“Ya hemos tenido, sobre todo en diciembre, gente que llega a comprar en la medianoche y acá estamos. Algunos dormimos y otros se quedan al pendiente por si llega algún cliente”, apuntó.
Los precios son dependiendo del tamaño de la flor; hay desde 50 pesos la más pequeña hasta 700 las de mayor tamaño. En el medio hay de 70, 100, 150, 270 pesos y otros, dependiendo también de lo que se pueda regatear.
Aseguró que es una planta noble que puede durar todo el año, siempre y cuando se mantenga húmeda la tierra y con el 90 por ciento de sombra, que no le pegue de lleno el sol, “sólo la resolana”.
“Ahora llegó el primer viaje, unas 7 mil plantas para varios lugares, pero al final puede que lleguen en total unas 15 mil, también estamos vendiendo otros artículos navideños como los pinos, que se están comercializando bien”, comentó.
Ahora las ventas han empezado a jalar un poco, según expuso, pero agregó que la venta buena empezará durante los próximos días y hasta más o menos el día 20. Luego de ello levantan el campamento y se van de regreso a Puebla, “porque también hay que festejar con la familia”.
“Estamos esperando para ver cómo nos va con esto de la pandemia, pero nosotros estamos cumpliendo con todos los protocolos de sana distancia, gel antibacterial y cubrebocas”, dijo.
En este lugar están trabajando unas 10 personas, todas al pie del cañón y concentradas en el cuidado de la flor que –reiteró– sí puede durar todo el año, pero luego de que pase diciembre se le quita el color rojo y queda verde. Ahora las que se venden son rojas, blancas y moteadas.
“Aquí en Mérida aguanta bien el clima porque le gusta a la flor el calorcito, pero hay que cuidar que no le dé el sol de lleno porque se debilita, que le dé un ratito nada más”, recalcó.
Por su parte, Wilfrido Garrido, quien se encuentra sobre la calle 60 Norte, aclaró que a pesar de la pandemia empieza a jalar bien la venta de la flor.
“Creo que por la misma pandemia la gente está saliendo con fe más que antes, porque incluso ya hemos vendido algunos pinos cuando éstos casi se venden hasta diciembre. Pero creo que ahora la venta está igual que en años anteriores y creo que el espíritu navideño se mantiene”, insistió.
Con información de David Rico