El puritano político francés Talleyrand Perigord decía sobre las costumbres relajadas de las mujeres francesas de aquel entonces, con qué facilidad las damas de la alta sociedad exponían su reputación; lo siguiente:
–El pudor es refugio de la gente del pueblo porque para las damas tiene el mismo valor que sus cabellos, cuando lo pierden lo sustituyen con una ridícula peluca.