Yucatán

María Cristina Rosado, presidenta del Patronato Asociación Hogar de Ángeles, institución de asistencia privada, dijo ayer que en el marco del Día de la Lucha Contra el Cáncer Infantil que se conmemora hoy a nivel mundial, han querido hacerles un homenaje inaugurando su nuevo edificio de Ciudad Caucel II, a las 5 de la tarde.

Dijo también que a lo largo de 4 años de haber abierto su primer albergue en un edificio rentado han atendido a más de 236 niños, de los que por desgracia han muerto más de 48, lo que revela lo terrible que resulta esta enfermedad.

–Sin embargo –explicó–, nosotros hemos hecho todo nuestro esfuerzo para que esto no sea tan duro. Por eso se abrieron las instalaciones hace 4 años por una condición personal en la cual llegó un niño llamado Pedrito, de Playa del Carmen. Y yo le hice una promesa de que íbamos a hacer todo el esfuerzo no sólo yo, sino toda la sociedad, de que todos esos niños sufran lo menos posible. Que no haya más que atenciones, cobijo y mucho amor. En eso nos hemos esmerado en la asociación. Somos una institución de asistencia privada y nos hemos formalizado para que en lo social rindamos limpiamente una declaración de qué se ingresa, de qué se gasta en los niños, de qué se gasta en la familia. Lo tenemos en la página de Facebook, y lo hacemos porque queremos que la sociedad yucateca vislumbre esa condición de decir: “Yo dono a Hogar de Ángeles porque sé que tenemos un equipo que hace su esfuerzo todos los días por sacar adelante a los niños y a sus familias”.

–¿Cómo los reciben?

–Desde que llegan de la estación de camiones, luego les damos el alojamiento. Estamos con 12 habitaciones, cada una con su baño, son habitaciones dobles. Ofrecemos la comida, que se prepara con apoyo de nutriólogos que nos envían las universidades, además les damos despensas mensuales, para que se vayan a su casa y puedan darle seguimiento a esa dieta sana, nutritiva, que lleva complementos alimenticios. Tratamos de ofrecerles todo lo que necesiten: agujas especiales, etcétera, y queremos seguir creciendo, porque también a lo largo de estos 4 años, tenemos un área de psicología, un área de fisioterapia, pero queremos hacer un convenio con las universidades para que haya un centro de salud aquí donde les podamos ofrecer el servicio adicional de oftalmólogos, de odontólogos, de otorrinolaringólogos, pero realmente lo que queremos es que ellos sientan que llegando aquí les podemos solucionar la problemática que enfrentan. Son niños con una deficiencia total.

–¿Cuántos niños atienden actualmente y de dónde vienen?

–A lo largo de 4 años hemos recibido 236 niños y actualmente atendemos a cerca de 80 niños. Muchos vienen de Mérida, porque aunque no les demos el alojamiento les damos todos los beneficios adicionales. También tenemos del interior del estado de Yucatán, de Quintana Roo, de Campeche, de Chiapas, de Tabasco y del vecino país de Belice.

–¿De qué edades?

–En la edad lo hemos ampliado. Cuando abrimos recibíamos niños de 2 a 12 años, y nos hemos extendido: tenemos niños chiquitos, porque el cáncer se declara desde el mes. A veces tenemos niños de meses, y también tenemos jóvenes de hasta 21 años, porque también queremos decir que el joven de esa edad, aunque ya es un mayor de edad, cuando tiene cáncer depende de sus padres cuando no tiene un trabajo, y entonces los recibimos aquí.

–¿Y el porcentaje de hombres y mujeres?

–Casi al 50%.

Es doloroso

–¿Es doloroso el cáncer infantil?

–Es doloroso, es un proceso muy duro, desgastante, para el enfermo y también para los familiares, por eso la idea es brindarle a las familias ayuda psicológica para que sepan manejar esta situación.

–¿En lo físico al niño le duele?

–Sí, mucho, además es invasivo y le puede afectar otros órganos Y ese es el dolor que pueden sentir. Desafortunadamente el cáncer infantil es muy fuerte, y en un 70% los niños padecen leucemia. Es un cáncer de tratamiento muy largo: tienen que estar viniendo cada 8 o 15 días a sus tratamientos.

El tratamiento también

El tratamiento de quimioterapia también es doloroso, tiene trastornos, como mareo, vómito, dolor de cabeza, calentura. Cada niño reacciona diferente al tratamiento. Es como una tortura en un niño o en un joven, en cualquier paciente. Y daña a la familia también: pero por eso estamos nosotros muy atentos de cómo reacciona.

Duele a familiares la impotencia

–¿Cómo daña a los familiares?

En este punto toma la palabra Mario Alberto Gamboa Niquete, presidente entrante del Patronato de Hogar de Ángeles, quien nos dice:

–Daña a los familiares por la impotencia de no poder hacer nada, por la impotencia de no poder lograr que el niño no tenga ese dolor. Hay padres que quisieran tener ellos la enfermedad para que su hijo no esté sufriendo, Entonces allá es donde se les apoya, porque de alguna manera hay que solidarizarse todos con el niño, brindarle amor, que es lo que en ese momento él necesita, y con amor se va, si no disipando sí distrayendo, ese dolor.

Son gente muy vulnerable

Dice doña María Cristina Rosado

–Y aquí hay que tener en cuenta que son gente muy vulnerable: no tienen recursos, no tienen nada. Entonces cuando el cáncer llega a sus vidas, es muy difícil saber cómo van a poder continuar, pues a veces no tienen para venir a sus tratamientos, para sus pasajes. Muchas veces los papás pierden el trabajo. Por eso nosotros estamos muy interesados en apoyarlos en capacitación para que hagan un programa de emprendimiento: sean técnicos, sean plomeros, sean carpinteros, y que de alguna forma al no tener un trabajo en nómina, puedan ellos salir adelante.

–Siempre me he preguntado si la violencia dentro de las familias puede afectar a los niños al grado de que bajen sus defensas y eso permita que se desarrolle en ellos una enfermedad de cualquier tipo o una como el cáncer, comentamos.

–Creo que sí, usted tiene razón, cuando una familia está desintegrada, cuando hay violencia, escuchan gritos, cuando el papá es alcohólico o la mamá, el niño vive con temor, y es más difícil que tenga una buena salud, pero eso pasa también después del tratamiento, pues cuando ya los dan de alta, como están bajas sus defensas, si entra a su casa una neumonía, no fallecen del cáncer sino fallecen de la neumonía. Esa es la situación que en lo personal me hizo poder pensar en un albergue, ya que para mí es un sueño hecho realidad poder decir: los niños están aquí comiendo bien, durmiendo bien.

–¿Cuánto tiempo duran en el albergue?

–En promedio tardan 3 días, pero hay niños que están hasta 6 meses. Depende de su tratamiento.

–¿Cuánto cuesta al mes sostener este Hogar de Ángeles?

-Pues ahorita cuesta menos, porque ya no tenemos la renta que nos estaba tensionando y presionando. Hemos bajado, ahorita cuesta alrededor de $ 120 mil o $ 130 mil al mes. Antes sumando hasta la renta eran 210 mil.

–¿Cómo lograron este edificio?

–Primero nos donaron el terreno en la época en que el licenciado Vila y de la licenciada Fritz estuvieron en la presidencia municipal, y enseguida nos donaron la construcción en la actual administración.

–¿Cuánto costó este nuevo edificio?

–Más de 15 millones en construcción. El terreno fue donado por el ayuntamiento. Nos llena de emoción y de alegría recibirlo por parte de la Presidencia Municipal de Mérida y del apoyo del gobierno también del licenciado Mauricio Vila. Realmente es un esfuerzo que han hecho para hacer estas instalaciones para recibir a los niños y a sus padres que se merecen todo nuestro apoyo.

Sanear el entorno en que viven

Por otra parte, al hablar sobre el programa de trabajo que pondrá en práctica, el licenciado Mario Alberto Gamboa Niquete, presidente entrante del Patronato de Hogar de Ángeles, dijo:

–La idea es de que de todo lo que se ha estado haciendo en la oficina Hogar de Ángeles, estamos visualizando que también el niño tiene que vivir en un lugar agradable y limpio; entonces la idea es que una vez que cubramos lo primero, lo básico que es dar el servicio acá con lo que ya se está ofreciendo, e irnos a sus viviendas y ver en qué condiciones está viviendo el niño allá, para que con base en esta situación, si podemos ayudarles a mejorar en su confort de vida, lo vamos a hacer, ya sea construyéndoles un baño o haciéndoles pisos, porque ya ve que mucha de la gente en el interior del estado vive con pisos de tierra. Entonces se trata de cuidar que el niño esté lo mejor que pueda para que no recaigan sus enfermedades y su tratamiento. Ese es el proyecto que tenemos nosotros.

En ese proyecto lo primero que queremos es solidificar nuestra recaudación, cubrir las necesidades actuales que tenemos o que hemos estado dejando muchas cosas que se requieren acá por falta de recursos.

Piden apoyo de la ciudadanía

También hemos reducido el organigrama de trabajo por lo mismo. Entonces la idea es hacer una labor y que la ciudadanía se una con nosotros a recaudar una cantidad necesaria para dejar el equipo armado como debe de ser para brindar los mejores servicios, cubrir todas las demás necesidades, y ya dependiendo de lo que nos esté sobrando de dinero en efectivo, pues utilizarlo precisamente para beneficio de las viviendas de los niños, de las condiciones de vida, porque ellos están con las defensas muy bajas y tenemos que ver que no contraigan otras enfermedades

Generosos donadores

Al final nos presentaron a un matrimonio de Estados Unidos integrado por don Javier Miramontes Pérez y su esposa Pamela Miramontes, quienes son generosos bienhechores o donadores del Hogar de Ángeles.

(Roberto López Méndez)