Yucatán

Voces de Vida

San Valentín

–Hola amiga acá estoy –le dije-, ¿querías verme? y ella contestó, necesitaba verte y hablar contigo.

Mi amiga acaba de salir de un intento de suicidio, yo muy triste estaba junto a ella, casi me veía a mí misma unos años atrás, y lejos de pensar que al verla en ese cuatro me iba a afectar, no me importó, porque cuando yo estuve así siempre hubo una mano amiga que me brindó su escucha.

Y ese era el momento que ahora me tocaba hacer algo por ella. Sabía lo que me esperaba, lo que implicaba escuchar a una persona llena de desesperanza. No entendía razones, escuchaba una y otra vez que ella era víctima y los demás sus verdugos.

Si antes dije lo que implicaba escuchar a una persona sin esperanza, es porque en momentos de mi vida estaba en su lugar. Cuando estas así, aunque parezca cruel, cansas con tu negatividad y tu mala actitud, fastidias a las personas o las que tienes a tu lado; pero en mi caso tengo que escucharla con paciencia porque ahora está cerrada a cualquier intento de esperanza.

Es mejor sólo escuchar lo que ella repite y repite por el estado negativo que está. Al estar un buen rato escuchándola, dejando que se desahogue y cuando vi que ya estaba mas calmada, le dije: “bueno, amiga, las dos ya conocemos nuestras herramientas para no caer, por eso ahora te pregunto ¿Qué te volvió a orillar a querer segarte de la vida?”.

Bajó la cabeza y me dijo muy triste y llorando, como si me estuviera contando que su hijo había muerto, la vi sufrir. Entonces me dijo: “¿sabes por qué lo quise hacer? porque Jorge, mi esposo, no me regaló nada ni me felicitó el día de San Valentín. No se acordó”.

Ella estaba adoptando un sufrimiento que no le correspondía, me quedé un momento en silencio y le dije: “Amiga, sufrimos cuando equivocadamente pensamos que la palabra amor, quiere decir posesión y obligación”.

Qué mala forma de pensar, y le dije: “¿crees que hubiera valido la pena, o algo hubiera cambiado tú suicidio?”. Me contestó: “Lo iba a castigar y cuando me viera muerta se iba arrepentir al haberme causado esa pena. Lo iba a ver sufrir”.

Ante esta situación le comenté que San Valentín fue un médico que se convirtió en sacerdote y el consagraba a los novios, los unía en matrimonio. El Emperador Claudio II decidió prohibir esa celebración, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados.

Los bombones, las flores, los regalos y las muestras de amor aparecieron en el siglo XX, o sea, nosotros lo inventamos, es mercadotecnia.

“A veces sufrimos por cosas que en realidad ni valen la pena, mira qué incongruente eres. Estás molesta porque el día de San Valentín no se acordaron de ti mientras antiguamente se festejaba a ese hombre que dio la vida por su fe. El amor es diferente, no presiona, es libertad.

Lo que quiero decirte a es que si tu amas, entrégate, besa, abraza, quiere, así serás feliz. No esperes que te amen, ama lo que tienes. Vive el hoy, el aquí y el ahora pues lo que tú haces con actitud positiva regresará a ti con una buena reacción, siempre pensando en una vida real.

“Amiga, no sigas queriendo llamar la atención de esta forma, antes de crearnos historias en la mente seamos coherentes de lo que decimos y hacemos”.

Me puse de pie, la abracé y le dije: “Eres una mujer inteligente, vive el amor sin necesidad de ser un día especial, el amor es para todos los días, levántate y vive dignamente.

Lucy Alcocer Aranda (Estrellita)

Contacto: Para mayor información para prevenir el suicidio contacte al Programa PIAS, 9993-26-13-63 todos los días de 9 a.m. a 9 p.m. Por favor no envíe mensajes de texto o de voz, preferimos dialogar con usted.

Estamos también en Radio Universidad 103.9 FM todos los jueves a la 1 p.m. con repetición los domingos a las 4 p.m. Para atención directa acuda al Programa Integral para la Atención del Suicidio (PIAS) del Hospital Psiquiátrico “Yucatán”.

Recompensa por hallar al responsable de la muerte de 20 perros

PETA Latino ofrece una recompensa de hasta mil dólares por información que lleve al arresto y condena por cargos de crueldad animal a la o las personas responsables de envenenar 20 perros en el municipio de Cacalchén.

El Código Penal de Yucatán señala que, quien dañe fatalmente a un perro, se enfrenta a una pena de seis meses a dos años de prisión y una multa de entre 200 a 400 días, es decir, hasta $ 49.200 pesos.

“Demasiados perros ya han padecido dolorosas muertes tras haber ingerido comida contaminada, y los animales de todo Cacalchén están en peligro hasta que quien haya cometido este crimen sea atrapado”, expresó Gabriel Ochoa, especialista en comunicaciones de PETA Latino. PETA Latino insta a todas las personas que tengan información acerca del caso a presentarse de inmediato ante las autoridades, añadió. (Boletín)