Yucatán

El director de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán, Sergio Chan Lugo, afirmó ayer que el agua que llega “a la toma de tu casa” cumple con la Norma Oficial Mexicana, de modo que se puede beber “sin ningún problema”.

En entrevista, el funcionario comentó que los usuarios deben mantener limpio y bien cerrado el depósito doméstico de agua para evitar problemas de contaminación al consumir el líquido. Narró el caso de un señor que llamó todo alarmado porque el agua que tenía en su casa “estaba verde”, pero resultó que fue por el nulo mantenimiento a su depósito.

El proceso de cloración del agua pasa por la NOM 127-SSA1-1994, la cual debe cumplir que esté libre de coliformes, de cuestiones orgánicas y bacteriológicas, los elimina con la cloración; esa norma maneja hasta temas de color, pero aquí no es el caso, el agua es de bastante calidad para el uso urbano porque viene de fuentes subterráneas, indicó.

Pero “cómo verificamos que cumplimos con la NOM; tenemos un laboratorio que hace muestreos diarios en diferentes puntos, verifica que cumpla color, cloración con el que llega a los domicilios, porque el cloro en la tubería se volatiza, si desaparece se puede infectar, por llamarle de alguna manera, el líquido o si llega a una casa y no tiene cloración y no hay cuidado con los tinacos puede haber problemas”.

Sale hiperclorada

“Nosotros garantizamos que el agua que llega al tubo se puede tomar, porque cumple con la NOM, sale hiperclorado de las plantas y se vuelve a clorar en los cárcamos para que llegue a los domicilios con calidad”, ratificó.

Dijo que, aparte de las pruebas de laboratorio propias, cada mes se hacen otras pruebas de laboratorios externos acreditados por la EMA, que es la entidad de acreditación en el país que da el certificado para decir que las pruebas son correctas, ellos validan incluso los instrumentos. “Cuando va el laboratorio externo se verifica que no haya divergencias, que coincidan las pruebas, para hacer las pruebas es toda una cadena de custodia porque hasta el contenedor donde se toma la muestra tiene que estar debidamente preparado”, comentó.

Cuatro plantas

Detalló de dónde viene el agua y cómo es atendida toda la zona de la metrópoli de Mérida y los municipios que se han ido conurbado, como Umán, Kanasín y un poco de Tixpéual. El agua procede de cuatro plantas: la Mérida I, fundada en 1966; la dos en 1984, la tres en 1991 y la cuatro en el 2012.

La Planta 1 es la primera que se construyó y está por la comisaría Molas, es la que surte el Centro Histórico. “En los sesenta la ciudad estaba hasta Circuito Colonias. Y la historia del agua se relaciona con la ciudad; la Mérida I se construyó para darle agua a una Mérida de 250 mil habitantes; en los años 80, Mérida crecía hacia el Poniente por la Bojórquez, la Madero, Mulsay. Luego al Oriente, los Vergeles, San José, Pacabtún, Brisas, la Alemán, Pinos, Jardines de Mérida. Más recientemente la ciudad creció fuera del Periférico.

Con 263 pozos

De tal manera, el 80 por ciento de los 364 mil 328 usuarios efectivos dependen de las cuatro plantas y, el resto, de 149 sistemas independientes. La Japay cuenta con 263 pozos, pero no todo se usa en un momento determinado. Por ejemplo, en la Mérida I se están cambiando motores, de 26 pozos que se tienen usan 23.

El agua se extrae de pozos a 40 metros de profundidad, siempre buscando la mejor calidad del agua, explicó. “Aquí hay agua a muy baja profundidad, a 8 a 10 metros, pero en la Japay desde el principio se hacen sondeos, se verifica las calidades del agua a diversas profundidades y se usa la mejor, la que no tenga sales, los sólidos disueltos, porque cuando estás muy arriba o muy abajo sacas agua con sal; además, nosotros verificamos cuánto de agua da cada pozo, para extraer el volumen ideal”.

“Los antiguos decían que cuando perforabas un pozo y encontrabas un buen abastecimiento habías caído en una vena, siempre tendrás agua, porque hay otros pozos que se abaten, entonces vas buscando dónde está mejor para que varíe y vaya teniendo agua siempre”, dijo.

Pozos de calidad

La Japay bombea a diario 5,588 litros por segundo para la ciudad y la operación requiere de personal técnico, el 70 por ciento es de campo y el 30 por ciento es de oficina. “Tenemos que atender al público en las cajas y en los procesos de contrato”, indicó.

Los técnicos primero buscan pozos de calidad y la potabilización es la desinfección del agua. Se extrae del subsuelo, con una bomba, en cada pozo hay un poste y un transformador, desde el aire parece un esqueleto de pescado, cuando alza el vuelo el avión ves la planta uno o la dos desde el aire. Una planta se divide en zona de captación, otra de bombeo y distribución hacia un canal y va a la planta, hay un proceso mecánico simple que limpia el agua, pasa a crudas, tratadas, la planta reúne mil 300 litros por segundo, y el sistema de cloración usa gas cloro, más efectivo que una pastilla, se va al cárcamo de tratadas y se va a la ciudad, detalló.

Recordó al reportero la fuga de 21 años en la línea principal que pasa por el Centro Histórico que tiene 36 pulgadas. “Esa línea inicia con tubería de 48 pulgadas que llega al primer cárcamo que es en la calle 42, pero sigue hasta la Carranza con la fuerza del bombeo de la planta 21 kilómetros después. Cuando llega al domicilio no es de la planta, sino del cárcamo, que se acumula y se rebombea”.

Las fugas

Chan Lugo señaló que los reportes de fugas ayudan mucho porque no tenemos un sistema telemétrico que nos mida, cuando se va la luz te das cuenta de inmediato si todos no tienen, pero el agua no.

En ese sentido, dijo que la semana que viene debe llegar una pieza para arreglar el codo de entrada porque se fracturó el de San Sebastián. La calle 64 tiene tubería de concreto armado, pero las juntas pierden flexibilidad. Son 33 juntas en cien metros, el centro histórico y es un problema que hay que resolver ya.

“Cuando en el Chembech o en la Colonia Industrial te preguntan cuánto creen que recorra el agua, hasta ahí son 25 a 26 kilómetros y luego está el último esfuerzo para que suba al tinaco.

Por eso, indicó, los recursos financieros de la Japay se destinan el 50 por ciento a la planta laboral y el 25 por ciento a pagar la energía eléctrica que se consume.

(Rafael Gómez Chi)