Yucatán

Roldán Peniche Barrera

 

Eramos aún pequeños (5, 6 años de edad) cuando observábamos desde nuestro hogar de la calle 53 del barrio de Santiago el movimiento nocturno de lo que ocurría, no sólo en nuestra esquina de Los 3 Pájaros (cruzamiento con la dicha 53) sino en todas las esquinas de la ciudad.

Bofetadas, dimes y diretes

La escena era para poner a temblar a cualquiera: muchachones casi veinteañeros, haraganes con título, peleaban, se mentaban a la madre, gritaban obscenidades en el mero centro de la esquina alumbrado débilmente por un único foquito de aquellos de 15 ó 20 bujías que por momentos sólo permitía vislumbrar las sombras de los protagonistas en, claro, piruetas y maromas violentas cotejadas de sopapos, bofetones y patadas, pero eso sí, jamás escuchamos o vimos brillar las armas blancas o de cualquier categoría, y menos lesionar al rival con ellas. La sangre no era parte del espectáculo.

Por toda la ciudad

Mas, nos repetimos, estos duelos y quebrantos nocturnos que algo nos dicen de Don Quijote, se daban por toda la pequeña ciudad de no más de cien mil habitantes, esquina por esquina, y por muchos años se les temía aunque con algo de morbosas curiosidad. Por fin cesaron.

Hoy los hay pero…

Nuestra época es más violenta y tales escenarios están vivos, pero con la adhesión de las armas largas, y algo preocupante: la muerte.

Las consecuencias del maratón Guadalupe Reyes

(Concluye)

Estos radicales libres son producto de los alimentos acidificantes que consumimos, ocasionando la oxidación de nuestras células, al producir la pérdida de muchísimos electrones, lo que incapacita al sistema de anticuerpos para poder limpiar nuestro organismo de sustancias nocivas, consecuentemente a nuestro organismo le urgen los antioxidantes, en virtud de que el oxígeno es uno de los principales elementos que impiden la oxidación celular.

Para que nuestra sangre vuelva a sus niveles normales de alcalinidad, es necesario crear un ambiente rico en oxígeno lo cual se puede lograr con una caminata de unos 20 minutos al aire libre y optar por una dieta rica en frutas y verduras, tubérculos y leguminosas, dichos alimentos se caracterizan por ser muy alcalinos, aparte de que debemos consumir aceite de oliva, pescado y carne de ave en forma moderada, al igual que lentejas, frijol, maíz, chile, calabaza, cacahuate, nopal, chaya, y jugos naturales de jamaica, naranja, lima, pitahaya, sandía, papaya, melón, plátano, aguacate, horchata, miel, hortalizas, así como tomar unos dos litros de agua diariamente. ¡Vaya!

Estoy cierto amable lector, que si llevas a la práctica durante 9 meses la alimentación que acabamos de recomendar, muy pronto te sentirás más joven, volverás a tu peso normal y estarás listo para entrarle al maratón del 2020, pero eso sí, todo con medida, nada con exceso.

Un abrazote de Jorge Parra Zapata