Aun cuando Mérida es una ciudad considerada ideal para vivir por sus niveles de seguridad, no se puede negar que existen muchos problemas sociales porque los jóvenes no encuentran satisfacción por falta de una mentalidad fuerte y sana, dijo ayer Eduardo Arrellano Magaña, director general del Instituto Internacional para el Desarrollo del Intelecto (IIDIM).
Añadió que las personas necesitan un cambio de mentalidad para modificar sus vidas y buscar objetivos para crecer, especialmente los jóvenes que, al no saber escuchar, recurren a actos de violencia y suicidios al no encontrar la manera de integrarse.
Explicó que mañana miércoles, a las 20 horas, en el auditorio Silvio Zavala del centro Cultural Olimpo, ofrecerá una charla sobre la importancia o necesidad del desarrollo de la intelectualidad.
Comentó que el IIDIM surgió en 2013 a raíz de una reunión celebrada un año antes en Corea del Sur, donde rectores y Ministros de la Juventud de todo el mundo acordaron que entre los principales problemas que los jóvenes enfrentan actualmente en el planeta figuran el desarrollo económico y la educación, pero sobre todo la mentalidad.
Por esa razón la fundación inyecta a la juventud un cambio en la mentalidad que le permita salir de lo cotidiano y encontrar la felicidad por medio de metas; nuestro fin es que sean plenos, que tengan sueños firmes, ambición y la fortaleza interna para superar cualquier dificultad, que lleguen a la plenitud con el éxito personal.
Dijo que esta organización trabaja sobre 5 pilares; el primero es tener sueños, aspirar a algo, tener esa motivación y al lograrlo llegar igualmente a la felicidad; la depresión se genera por no tener deseos y anhelos.
El instituto, indicó, busca el cambio en la mentalidad de las personas por medio de conferencias, foros en colegios, universidades, etc.
Así mismo comentó que los avances tecnológicos y la comunicación digital han propiciado que los jóvenes se vean sumidos y perdidos en las redes sociales, inmersos en un mundo totalmente apartado de las personas que los quieren aconsejar; se han aislado y nosotros queremos que se retome la buena costumbre de escuchar el consejo y la guía de la buena educación, indicó.
Destacó que ahora los jóvenes no quieren escuchar a sus padres, a sus tutores en los colegios y ven al maestro o al tutor como una persona que les quiere hacer la vida imposible; eso significa que en el hogar, como en la escuela o el trabajo, los jóvenes están perdiendo la costumbre de escuchar, de entender, de recibir consejo.
Mucha gente culpa al gobierno, pero este no tiene la culpa de que la sociedad se encuentre en decadencia; el origen del problema es el hogar y las escuelas, porque los jóvenes no quieren ser guiados, manifestó.
Con información de Víctor Lara
Por Redacción Digital Por Esto!