VALLADOLID, Yucatán, 25 de febrero.- Hasta parece que las estamos escuchando y más cuando estamos viviendo un caso parecido a lo que nos aconteció cuando aún vivíamos con ellas; mencionaremos algunas y si no te identificas con dos o tres, pues seguro no viviste esta preciosa etapa.
“No me hagas caso, pero ya tendrás hijos y entonces me vas a entender”, “contéstame mal no me importa, hay un Dios que todo lo ve”, “ te dije que no fueras y ya ves lo que te pasó”, “corre lo que quieras, no te voy a seguir, total algún día vas a volver y entonces será peor para ti”, “si ya te vas a mandar solo, entonces desde hoy tú te compras tus cosas”, “crees que el dinero crece en los árboles”, “te vas a acordar de mí cuando me muera y te haga falta”, “si quieres comerlo, sino ya sabes por donde achocarlo”, “sírvete si quieres, no soy su sirvienta”, “no sé, pregúntale a tu papá”, “eres igualito a tu padre”, “un día me vas a matar de un coraje”, “no sé qué castigo estoy pagando contigo”, “si te hace algo esa mujer, me va a doler más a mí que a ti”, “algún día dirás, cuánta razón tenía mi madre”, “éstos platos no se van a lavar solos”, “mientras vivas bajo este techo, yo mando”, “me vuelves a contestar así y te saco los dientes”, “deja de llorar, guarda esas lágrimas para cuando me muera”, “¿me estás avisando o me estás pidiendo permiso?”, “me importa si a tu amiga ya le dio permiso su mamá, tu no vas y listo”, “si voy y lo encuentro, ¿qué te hago?”, “vaya, hasta que te acordaste que tienes madre”, “algún día me voy a ir y a ver que hacen sin mí”, “como no recojas tus juguetes, se lo doy al primero que pase por la calle”, “porque lo digo yo y punto”, “algún día me lo agradecerás”, “voy a hacer que te comas tus palabras”, “ya llegaremos a la casa y me vas a conocer”, “todo te entra por un oído y te sale por el otro”, “reza para que esa mancha salga de tu ropa”, “te vas a quedar sentado hasta que comas todo”, “cállate y dime porqué lo hiciste”, “si se van a matar, háganlo afuera que acabo de limpiar la casa”, “si me mientes, lo sabré”, “tú crees que me divierto todo el día en la casa”, “todo lo que me he sacrificado por ustedes y miren cómo me pagan”, “¿ese es el ejemplo que le estás dando a tus hermanos?”, “cuántos niños estarán deseando ese plato de comida y tú lo desprecias”, “ tengo que estar detrás de ti para que hagas las cosas bien”, “esta juventud de ahora, no saben hacer nada”, “un día más y me vuelven loca”, “la acabas de ver y ya le estás hablando por teléfono”, “esa amistad tuya, no me gusta”, “ya te enseñé lo bueno y lo malo, tú sabes cuál escoges”, “uno les pide las cosas por favor, viene otro de la calle e inmediatamente corren a servirle”, “no te olvides que primero fue tu madre, que tu novia”, “¿crees que aquí es un hotel?”, “¿para qué me tomas mi opinión, si vas a hacer lo contrario?”, “me puedo estar muriendo y no me pasan ningún vaso de agua”, “tu cuarto parece un chiquero”, “cuando sientan que soy un estorbo, van y me tiran a un basurero”, “llegas temprano, ni un minuto más tarde”, “para mí nunca tienes tiempo”, “¿eso te enseñan en la escuela?”, “Dios te dio más de lo que merecías con una madre como yo”, “cuando tú vienes, yo ya estoy de vuelta”, “¿pues en qué idioma te hablo?”, “creen que tengo mil manos”, “ahora te doy un motivo para que llores de verdad”, “a mí no me importan los demás, me importas tú”, “voy a contar tres y si no lo has hecho, entonces vas a conocerme”.
Y para terminar esta sección, diremos la frase más fuerte… “pero a vas a llorar a mi tumba y entonces no voy a escucharte ni decirte nada”.
“Hijo, recuerda todo se paga en esta vida tarde o temprano, la factura viene con el IVA actualizado”, ¡que no se olvide!
(Ariel Sánchez Gómez)