Yucatán

Gracias al Instituto Municipal de la Mujer

Ana María Ancona Teigell

CCuando hay un ser humano sufriente, maltratado, amenazado, abandonado a su suerte, encontrar una institución que te abra las puertas y se solidarice con nosotros, es gratificante y reconfortante.

Según el Instituto Municipal de la Mujer, tiene como misión impulsar y fortalecer el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres que genere cambios socio-culturales a favor de la igualdad sustantiva y la cultura para la paz. Esto permite que las mujeres del municipio de Mérida tengan acceso al conocimiento y el ejercicio de sus derechos humanos como herramienta para su empoderamiento y autonomía.

Sus valores son la inclusión, que es el enfoque que busca integrar a las personas dentro de una sociedad sin importar las diferencias individuales, fortaleciendo la participación activa a través del acceso a sus derechos y obligaciones, para un desarrollo y bienestar personal, familiar y social; la sororidad, es el trabajo y reconocimiento entre mujeres para contribuir con acciones encaminadas a la eliminación social de todas las formas de opresión y violencias, que permitan el logro de la igualdad y empoderamiento de las mujeres; humanismo, tener conductas y actitudes que valoren a la persona humana, respetando sus derechos y dignidad. Reconociendo que cada persona es experta en su propia vida y tiene el potencial para su autorrealización; la igualdad, para dar a cada persona las oportunidades de acceso a los derechos universales, obligaciones y un trato digno, igualitario y no discriminatorio, para garantizar el respeto a la dignidad humana; paz, para crear un estado de bienestar, tranquilidad, estabilidad y seguridad a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio las partes de una unidad. Implica un cese de hostilidades, un acuerdo que permita a todas las personas realizar sus actividades sin interferencia; respeto, para reconocer, apreciar, aceptar y valorar las cualidades de una persona y sus derechos, comprendiendo sus diferencias en gustos, intereses, ideas, opiniones y maneras de ser, aceptándola en su diversidad sin la intención de querer cambiarla. Es decir, es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de las personas y de la sociedad.

Queremos agradecer a la directora de esta institución, Lic. Fabiola Josefina García Magaña, y a todo su personal, por el trato amable, empático, sensible, cariñoso que brindan cuando una mujer está en peligro y necesita que la protejan ofreciéndole todas las herramientas para poder cambiar su vida, reestructurarse, seguir su camino y enfrentarse al mundo con todo su potencial creativo, de trabajo, para ser útil a la sociedad en la que viven. Porque conocen que la violencia afecta negativamente la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres y, en algunos entornos, puede aumentar el riesgo de VIH. Porque saben que disminuye su capacidad para participar en la vida pública, afecta a familias y comunidades de todas las generaciones y refuerza otros tipos de violencia prevalecientes en la sociedad, agota a las mujeres, a sus familias, comunidades y naciones.

Porque la violencia es la principal causa de muerte para mujeres entre 15 y 44 años de edad, más que el cáncer y los accidentes de tránsito.

Por este loable y arduo trabajo de todas estas valiosas mujeres, con la Lic. Beatriz Zavala Peniche, Directora General de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), quien siempre nos apoya en casos de mujeres maltratadas y nos pone en contacto con instituciones, ¡todo nuestro agradecimiento!