Los representantes de más de quince instituciones estamos de acuerdo con que el Tren Maya llegue a Yucatán, creemos que será una magnífica inversión, pero más de veinticinco mil ciudadanos que conforman el colectivo estamos en desacuerdo en que el tren entre al Centro Histórico de la ciudad, dijo ayer el empresario Félix Rubio Villanueva.
La lección de “Isidoro”
Comentó que aunque el director del Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, dijo al término de la conferencia que ofreció el pasado viernes que el Tren Maya entraría a través de un túnel para no ocasionar ningún daño o perjuicio a la ciudad, lo cual es viable desde el punto de vista de la ingeniería, es evidente que Jiménez Pons desconoce lo que sucedió en Mérida después del huracán “Isidoro”, cuando los dos niveles subterráneos del estacionamiento del hotel Fiesta Americana se inundaron cuatro metros y medio y tardó seis meses en bajar al manto freático de manera natural.
–Por otra parte, si el nivel de manto freático en Mérida es de unos siete metros de profundidad, se tiene que dejar metro y medio, tanto arriba como abajo, para que el tren pueda entrar al túnel; cómo le van hacer con las torrenciales lluvias y los efectos de los huracanes que azotan la Península de Yucatán, dado que se podrían destruir muchas cavernas, cenotes y grutas que hay en la ciudad de Mérida y que atravesaría el túnel. Otra pregunta es: ¿Acaso la Semarnat y el INAH lo permitirían, dado que hay vario sitios arqueológicos que rodean la ciudad y el tren tendría que pasar por ellos?
Exorbitante costo
Además, construir un túnel tendría un exorbitante costo y verdaderamente increíble; hay un arquitecto que compara que el túnel deprimido construido en el año 2011 costó 100 millones y tuvo un promedio de 100 metros de largo y tres metros de profundidad por la inclinación, en tanto que el túnel para el Tren Maya tendría unos seis metros y medio de profundidad por ser parejo, por lo que si se le suma la inflación de 10 años y 40 veces el largo, el costo del túnel sería de 10 mil millones de pesos, cantidad mucho mayor a los mil 300 millones que se erogaron en la construcción del Centro Internacional de Congresos del gobierno anterior, dijo como ejemplo.
Terminal en el Periférico
Por otra parte, dijo que lo mejor sería construir una terminal en terrenos del Periférico, concretamente a unos 15 kilómetros de Mérida, cerca del Centro de Operación Ferroviaria de Poxilá, que es para carga, pero como el terreno es de más de 20 hectáreas, bien se puede conseguir 10 más para la terminal de pasajeros.
Dijo que en la Riviera Maya se están preparando los terrenos para recibir al Tren Maya, mientras que en Yucatán todavía no lo hacemos.
No hay proyecto
Por otro lado, dijo que hasta ahora no se sabe nada del proyecto de construcción del Tren Maya, por lo que hasta profesionales del ramo, entre ellos un exdirector de Ferrocarriles Nacionales de México en Mérida, se ha negado a participar porque están laborando en la construcción del tren de México a Toluca; él piensa que la obra no podrá concluirse en seis años ni trabajando 24 horas al día, además de los problemas secundarios que va a genera su construcción, como amparos, bloqueos, etc.
Agregó que en el foro realizado en julio del año pasado, todos los académicos de la UNAM, la UADY, el Cinvestav y el CICY, entre otros, coincidieron en señalar que sería una tontera que el tren llegara a entrar al Centro Histórico, pero según el director del Fonatur va a entrar por debajo y el 12 de febrero van a llegar los arquitectos que contrataron en Nueva York para tener una conferencia abierta al público e integrantes del Grupo Gran Parque La Plancha y sus asociaciones para explicar cómo se haría la obra, pero nos gustaría que participaran otros profesionales.
El “monstruo”
Finalmente dijo que “nosotros, los del grupo Gran Parque La Plancha, no queremos enfrentarnos al monstruo, sino defender nuestra ciudad de la contaminación y crear un pulmón verde para la ciudad de Mérida para dejar de herencia a las futuras generaciones y un parque lleno de tres mil árboles y seis mil arbustos de todo tipo y plantas de decoración, que mucha gente está dispuesta a donar para su construcción y sin pedir dinero alguno al Gobierno Federal y Estatal”.
(Víctor Lara Martínez)