Yucatán

Datos de Conagua confirmaron predicciones de las cabañuelas

Bernardo Caamal Itzá, coordinador del proyecto Xok K’iin o Cabañuelas Mayas, que son un método predictivo para la agricultura, dijo en entrevista que los datos de Conagua del año 2019 confirmaron las predicciones que hicieron los campesinos milperos de los tres Estados de la Península.

Señaló también que las cabañuelas representan un conocimiento vigente de la cultura maya, pero lamentablemente las universidades occidentales no lo reconocen.

Relató que su grupo tiene 12 años trabajando en este proyecto comunitario y ya generaron una experiencia no solamente logística sino también de la interpretación de las cabañuelas.

–¿Cómo lo hicieron?

–Lo que hicimos fue juntar toda la información recopilada en la península, de todo lo que se observó, y con eso hicimos un mapa de pronóstico del estado del tiempo. Este trabajo se obtuvo del registro de 14 observadores milperos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Abarca toda la península de Yucatán. La cantidad de participantes los efectivos son 14, pero indirectamente hay 30 compañeros que colaboran a través de las redes sociales. Esta información se presentó el 15 de febrero del 2019 en la Universidad de Oriente (UNO), porque allá viven los hijos de los milperos.

–¿Entonces se cumplieron las predicciones?

–Sí, está toda la información: Las cabañuelas mostraron que iba a haber sequías y fueron definitivas para perder, sólo en Yucatán, el 70% de la producción, y en Quintana Roo el 90% de la producción milpera.

–¿Cómo se explican en este mapa?

–Todo lo que rojo es sol, los amarillos son nublados, secos, ya más acá son ligeras lloviznas, y a partir de acá como lluvias más o menos moderadas, y lluvias intensas, que son pocas.

La mayoría son lluvias muy ligeras realmente. ¿Qué es lo que caracterizó este estudio? Que la lluvia se dio a partir del mes de mayo. Lamentablemente después de la segunda semana de mayo, se alejaron las lluvias. Entonces en junio se volvieron a presentar lluvias para la península, pero solamente en junio, porque fue una marcada canícula a partir de julio. En agosto, la primera semana, hubo una lluvia más o menos intensa, pero nuevamente se presentan tres semanas de sequías.

Con lo que sucedió de esta canícula marcada de julio a agosto que ya expliqué, en los 2 procesos donde realmente se presenta la sequía, hay productores que se atrevieron a sembrar por las lluvias que están en los lados, y realmente no pudieron pegar.

–¿Y cómo les afectó?

–Estamos hablando de que sólo en Yucatán del cono sur, el 70% de productores tuvieron pérdidas. De hecho, la sequía, si analizamos la península, por ejemplo en todo Quintana Roo, estamos hablando de cerca del 90% de pérdidas. Campeche no tuvo tanto problema, estamos hablando del 30 al 40% de pérdidas en la zona de Los Chenes.

Lo importante de este trabajo es que al final de hecho el mismo gobierno federal reconoce que ha habido sequías intensas y que afectaron la producción. De hecho, hay datos contundentes de Conagua que confirman las cabañuelas.

Y si hablamos de agosto donde se pierde la cosecha, prácticamente en septiembre es donde empiezan las lluvias ya, y luego en octubre se intensifican, y a mediados de noviembre hablamos de lluvias buenas, y todavía en diciembre hablamos de que hay humedad.

Lo que está diciendo que las lluvias se presentaron de manera extemporánea al ciclo productivo.

Entonces, la sequía se marcó de esa manera en la península. Es lo que alcanzamos a ver en 12 años de trabajo.

Animales y plantas también confirman

–¿Cuándo iniciaron este estudio?

–Comenzamos este estudio en el 2005, lo hicimos tal como lo hacen los campesinos, pero ya en el 2009 estuvimos observando que no solamente es hacer el estudio en enero. Resulta que tenemos que ver otros indicadores como las hormigas, como las yuyas, la calandria, otros animales, igual que antes. Y esto como que no teníamos cómo relacionarlos, pero ya después de poder entender este proceso, encontramos que el estudio de las cabañuelas o Xok K´iin, no termina en enero, sino todavía sigue a través del registro de las plantas y de los animales. Y esto es contundente, porque en 2009 tuvimos acceso a talleres comunitarios con las comunidades para empezar a preguntarles, por ejemplo: ¿Estos árboles si florecen de esta manera qué significa? ¿Estos animales si hacen su nido en esta fecha qué significa?

Entonces empezamos a llevar un registro no por lo que ves, sino que qué está sucediendo en el territorio, y entonces ya no es una cuestión de un productor. Estamos hablando de productores mayas que tienen estudios sistemáticos a lo largo del tiempo del comportamiento anormal de animales y plantas.

Conocimiento de 3 mil años

–¿Cuánto tiempo tienen estas observaciones del pueblo maya?

–Solamente hay que pensar que la cultura maya desarrolló la comida, lo que significa observación e investigación, desde hace más de 3 mil años.

–¿Entonces sigue vivo este conocimiento?

–Sí. La cultura maya muchos la quieren ver muerta o nada más en museos, pero los hijos de los mayas tenemos el privilegio de estar todavía en campo. Y podemos confirmar que lo que dicen los fitoindicadores (las plantas) y los zooindicadores (los animales), como las yuyas y las hormigas, está muy íntimamente relacionado con esto. Si en el mes de enero me dicen lo que posiblemente pase, las hormigas y otros animales me terminan confirmando, ajustando o aumentando algunos datos adicionales, lo que significa que el de las cabañuelas es un conocimiento vigente. Es una ciencia desde la cultura maya. Lamentablemente las universidades occidentales no lo reconocen.

70% de cercanía con lo real

–Esto es como un mapa, ¿por qué?

–Es que hemos hecho un estudio de nuestra observación con un mapa visual, y lo comparamos con datos de la Conagua territorial. Es decir, tenemos el registro de lo que pasa en tiempo real: cómo llovió, todo el show. Hacemos un compendio, y usamos estadística. Hacemos gráficas con la estadística de acuerdo con los meses como lo ves, lo comparo con la observación territorial campesina, y estamos a 70% de cercanía con la realidad, y esto me está diciendo que no estamos tan lejos. Y solo estamos usando pájaros, hormigas, conocimiento campesino. Imagínese tener el satélite y todo lo demás.

Ejemplo a nivel mundial

En esta parte, el entrevistado nos dice:

–He tenido oportunidad de llevar las cabañuelas a diferentes países y allí ellos lo están haciendo, solo que no lo tienen estructurado como la cultura maya, entonces la cultura maya es un ejemplo a nivel mundial, porque estamos diciéndole al mundo que los conocimientos de los pueblos originarios son vigentes no solo para los mayas, hasta para los incas, porque yo he estado allá dándoles cursos.

Bernardo Caamal Itzá es ingeniero agrónomo egresado de la Universidad de Chapingo hace 25 años, y lleva más de veinte años colaborando con los campesinos desde la milpa.

(Roberto López Méndez)