Rafael Mis Cobá
Las limitaciones de su coeficiente intelectual impedían que el sobrino cabezón comprendiera las noticias sobre el desplome de las bolsas y el hundimiento del petróleo por la sobreoferta del crudo, situación que lo obligó a buscar a su hermosa tía Juanita para que le disipara todas sus dudas relacionadas con este tema.
Preocupado también por la expansión del coronavirus y las consecuencias que ocasionará en la vida cotidiana de todos los yucatecos, el cabeza de “lec” enlistó también varias preguntas para planteárselas a la “t’int’inkí” mestiza en busca de clarificar ideas y desvanecer inquietudes.
Después de casi dos horas de apachurrado viaje, el sobrinín por fin llegó a Chikindzonot para encontrarse con la curvilínea mujer maya, mujer fiel del tío Chupi y envidia de Belinda y Dana Paola, juntas.
—“Mejenkisín” sobrino, deberías estar en tu casa en vez de salir a la calle y exponerte a esa “x lá” enfermedad.
Como es su costumbre, el cariñoso sobrino se acercó a su amada pariente para darle un suave beso en su tersa mejilla, pero en respuesta recibió un inesperado y seco empujón.
—“Pa’atikí” “xi’ipal”.
—“Uay”, tía, ¿por qué el rechazo, si me he portado bien?
—“Mejenkisín”, están prohibidos besos y abrazos para evitar contagios.
—Eres exagerada, tía.
—Así pensaron los italianos y españoles y mira cómo se contagiaron.
—“Maare”, tía, es cierto.
—Los datos no mienten sobrino. Italia registraba hasta ayer 2 mil 158 muertes y 27 mil 980 casos.
—“Uay”, tía, lo que sucede en el mundo con esta enfermedad parece una película de ciencia ficción.
—Dirás de terror, sobrino. El balance global dado a conocer ayer por la Organización Mundial de la Salud registraba ya 175 mil 536 casos en 145 países y territorios con un total de 7 mil 7 muertes.
—¿Y por qué no se ha encontrado cuando menos una vacuna para esta enfermedad?
—Buena pregunta sobrinín. Es una muestra de que el poder económico y político actúa con tardanza ante contingencias de esta magnitud.
—Tía, tanto conocimiento y avance tecnológico, así como tanto dinero de países desarrollados, ¿no pueden frenar esta enfermedad para evitar más muertes?
—Sobrino, aquí queda en evidencia la vulnerabilidad del ser humano ante la reacción de la naturaleza.
—¿Tía, no será acaso tanta soberbia del ser humano, sentirse superior frente a los demás, e incluso, causando daños al planeta con actitudes y acciones irracionales?
—La soberbia y el egoísmo lastiman a la humanidad, sobrino.
—Y están en todas partes, tía.
—Totalmente, sobrino, el ejemplo más puntual sucede precisamente ahora en plena crisis por el coronavirus, al registrarse una pugna entre Estados Unidos y Alemania por querer apropiarse Donald Trump de una vacuna contra el coronavirus.
—¿Cómo es posible eso, tía?
—Sobrino, una nota publicada ayer en POR ESTO! tomada de la agencia de noticias Reuters asienta: “La canciller alemana Angela Merkel dio por zanjado este lunes el diferendo con Estados Unidos por un proyecto de vacuna alemana contra el coronavirus, y que el presidente Donald Trump habría intentado apropiarse, según la prensa”.
—“Uay”, tía este Donald es más agresivo que el Covid-19.
—Pues también acá en el patio hay dos personajes peligrosos, pero lo bueno es que entre ellos mismos pretenden devorarse.
—Ya me diste miedo, tía, ¿te refieres al “Uay-chivo” y al “Chupacabras”?
—No “mejenkisín”, estos personajes sí asustan de verdad.
—¿Quiénes son, tía, porfis?
—¡Raulito Paz y Cecilia Patrón!
—Tíaaa, pero si habían hecho las paces después que se divorciaron.
—Pues ahora quieren devorarse uno al otro porque los dos quieren ser alcaldes de Mérida.
—Pero no hay problema, tía, la dirigencia del PAN seleccionará al mejor candidato mediante un proceso limpio y democrático.
—Sí, cómo no, eso ni tu “chichí” te lo cree.
—Tía, en el PAN ya no se practica el dedazo.
—Sobrino, el problema es que Raulito madrugó a su ex al destaparse hace unos días y ahora Ceci le quiere dar flit a como dé lugar.
—“Maare”, tía, tendrá que vacunarse el senador para salir avante de esta nueva contienda, y más que todo, porque su contrincante ya sabe de qué pie cojea, o más bien, a qué pie le da “xlot” en momentos especiales.