PROGRESO, Yucatán, 1 de marzo.- En esta jornada se registró buena afluencia en las playas, predominó un buen clima además de ser un día de quincena; se divisaron paseantes del interior del Estado y de otros sitios de México.
Roció Méndez, quien llegó al puerto con su familia de Ciudad Caucel, buscó la sombra de una palmera para poner su mesa plegable, sus botanas y hasta su propia música para disfrutar la playa.
Podía verse un esplendoroso sol, un mar picado fue el marco para que decenas de paseantes disfrutaran de fin de semana.
Citlaly, una mujer tabasqueña, dio a conocer que vino a disfrutar del mar en Progreso, mencionando que primero se daría un baño de sol y posteriormente entraría al mar; destacó que en verdad Progreso es hermoso.
Así mismo, Rossy López y Dagoberto González, originarios de Sonora, dijeron que habían escuchado hablar mucho de Progreso, de la cultura maya y aquí estaban para disfrutar de las playas del puerto, las cuales son hermosas y en realidad no tienen nada qué envidarle a las playas del Caribe, además de que sus costos de alimentación y hospedaje son accesibles.
Con pronósticos del ingreso del frente frio número 42 de la temporada el mar está sucio y algo picado, pero esto no es impedimento para que llegaran decenas de visitantes al Malecón, muchos de los cuales disfrutaron de la gastronomía a base de pescados y mariscos y música frente al mar.
Decenas de vehículos comenzaron a llegar a las costas yucatecas desde las 9:00 horas, y hasta las 16:00 continuaban entrando al puerto, algunos se desviaban hacia Chelem, Chuburná y Chicxulub Puerto.
El movimiento desde luego fue notorio en la zona restaurantera, debido a que en varios estacionamientos de estos giros se tuvo que cruzar la cadena para solicitar a los clientes que esperaran, porque no había sitios disponibles.
La venta de cerveza en las agencias y tiendas de autoservicio fue alta durante este domingo. Además, los visitantes disfrutaron del tradicional pescado frito, de pollo asado o rostizado, pizzas o simplemente algunos trajeron sus propios alimentos.
En las playas la vigilancia estuvo a cargo de elementos de la Policía Municipal Coordinada y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Los visitantes después de salir del mar se quedaron con el sabor de la sal por no contar con una zona con regaderas para retirarse el agua, aunque otros paseantes disfrutaron de los rayos del sol, y otras personas ofrecían servicios de sanitarios, baños y vestidores particulares, para realizar sus respectivos cambios de ropa de playa.
(Texto y foto: Julio Jiménez Mendoza)