Yucatán

Covid-19 no atemoriza al turismo

Entre los paseantes, algunos se introdujeron al mar para darse un baño, para después retirarse ante la concientización de las autoridades municipales / Policía, pendiente de visitantes

 

PROGRESO, Yucatán, 21 de marzo.- Este sábado ante la contingencia por el Coronavirus Covid-19, fueron contados los visitantes que rentaron una palapa o se tomaron un par de cervezas ante la advertencia de la Policía Turística que, de manera cordial, les invitaba a regresar a casa.

Entre los paseantes, algunos se introdujeron al mar para darse un baño, para después retirarse ante la concientización de las autoridades municipales.

No se escucharon las notas musicales de los restaurantes del puerto, y sus estacionamientos carecieron de vehículos, al igual que de comensales.

Lamentablemente la alerta ante el Coronavirus propició poca afluencia, además de las recomendaciones de las autoridades sanitarias sobre permanecer en casa, cuales continúan vigentes, haciendo conciencia en la población sobre que no estamos en vacaciones y tenemos una contingencia sanitaria.

Los meseros, en cuanto pasaban algunas personas que se distinguían como turistas, de inmediato los abordaban para ofrecerles el menú del día, invitándolos a los restaurantes, o bien, a una palapa o un camastro.

Mientras, los artesanos permanecían instalados ofertando sus productos, aunque la presencia de los visitantes fue contada. Se notaba casi desierto debido a que la gente ha comenzado acatar las recomendaciones de permanecer en casa, aunado a la presencia de las autoridades, que continúan realizando recorridos por el malecón de este puerto.

El clima de este sábado estuvo caluroso, el mar con poco oleaje. El personal de la comuna mantiene limpia la playa, notándose la blancura de la arena.

En el caso de la playa incluyente, permanece cerrada desde la semana pasada, como lo diera a conocer el Ayuntamiento de Progreso, por la alerta de esta pandemia que está afectando a la humanidad.

Definitivamente este fue un sábado diferente. Todos los restaurantes de la zona turística estuvieron abiertos desde temprana hora, debido a que la vida en el malecón inicia con los desayunos frente al mar, pero los comensales fueron contados, pues la gente prefirió cuidad su salud y la de los suyos quedándose en casa.

(Julio Jiménez Mendoza)