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Yucatán

La publicidad en Yucatán en los años 60

Roldán Peniche Barrera

Ya por los años 60 del pasado siglo, la publicidad invadía lo mismo los periódicos, la radio, la fotografía, el cartel, las revistas y aun la entonces naciente televisión en Yucatán.

Recuerdo que en la plaza grande había un kiosco (o especie de kiosco) atestadas sus paredes de madera de anuncios publicitarios y un montón de noticias, en una forma de cartel donde se apiñaban los aficionados deportivos para enterarse cómo iban los juegos de las Grandes Ligas o quiénes habían ganado. Era una publicidad barata y sin mucho ruido, y aquel cuchitril que también vendía refrescos y creo que hasta algo de comida, también era auspiciado por una compañía refresquera y atendida por una o dos personas zambullidas en el interior dedicadas a disponer los pedidos de los aficionados y demás público.

El Paso

Aquellos que hablaban inglés caminaban unos cuantos pasos hacia la calle 62 a una tienda que sólo comerciaba con revistas y periódicos en aquel idioma, para adquirir sus impresos. Lo atendían con la mayor cordialidad los hermanos Cervera (ambos fallecidos ya) y nosotros, todavía estudiantes de secundaria, cultivamos espléndida amistad con el menor de los hermanos, Oscarito, con quien nos encontraríamos años después en Los Angeles, en nuestra propia casa, y a quien no veríamos ya nunca más por las sorpresas que da la vida. Su tienda se llamaba El Paso, hoy inexistente.

A continuación, ofrecemos al lector algunos anuncios de esa época, todos procedentes del valioso archivo histórico de Yucatán del Dr. Raúl Vela Sosa.

Yucatán: un Estado más surrealista que las pinturas de Salvador Dalí

Por Jorge Parra Zapata

En Yucatán suceden cosas increíbles, como si salieran de un sueño profundo y se manifiestan en el subconsciente de quien lo vive desde lo más profundo de su psique

1.- Por ejemplo, en el fondo de la psique de alguien que ya estaba hasta la m…por las atrocidades que cometían los dinosaurios en la faz de la tierra, decidió acabar de un solo golpe con todos ellos y aunque usted no lo crea, escogió al Estado de Yucatán para que fuera el inicio de una nueva forma de vida: la de los mamíferos, de la cual proviene el hombre. Esto sucedió hace 65 millones de años, al impactarse en las aguas de Chicxulub un gigantesco aerolito a una velocidad de 30 kilómetros por segundo, lo que dio lugar a la formación del famoso Cráter de Chicxulub.

2.- En algunas poblaciones mayas, con el propósito de lavar los pecados del difunto, lo bañan y con esa agua preparan el relleno negro y el atole que le dan de comer y beber a quienes asisten al velorio.

3.- En una cantina de Mérida llamada “La Chaparrita” existe un cartel que a la letra dice: se solicita mesera cuyo único requisito es que esté dzipona. Yo me pregunto: ¿Qué tiene que ver el alcohol con la ciruela dzipona? ¿Será por aquello de que al mismo tiempo que te deleitas el paladar te recreas la vista? Dobletear sólo cabe en la mente del bateador en turno, no en la del que toma la copa. Pero en Yucatán hasta lo imposible es posible.

4.- En Yucatán son famosos los yobainazos, y aunque usted lo dude, gente de todas partes del mundo viene a este Estado para ser atendidos en el poblado de Yobaín por un huesero, habiendo en su lugar de origen ortopedistas de reconocido prestigio; por eso se dice que en Yucatán, en cuestión de contracturas, de un yobainazo nadie se salva.

5.- En el registro de los sucesos increíbles de Yucatán, se asienta que a la llegada de los conquistadores españoles a esta península, se sorprendieron al ver que los mayas, mucho antes que la religión cristiana, ya creían en la existencia de un dios único, invisible y universal, creador de todas las cosas, llamado Hunab Ku.

El laureado poeta yucateco Antonio Mediz Bolio, en un fragmento de su magna obra “Mater Admirabilis”, dejó plasmada la similitud que existe entre la madre de Jesucristo y la diosa maya Kinich Kakmó al decirnos en verso lo siguiente:

Hace doscientos siglos en el tiempo

En que el tiempo no se contaba

¡Kinich Kakmó!

¡Madre de la vida!,

¡Madre de la fuerza!,

¡Madre de la llama!

(Concluye mañana)

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