Jorge A. Franco Cáceres
Sabemos que el nuevo coronavirus se encontró en aguas residuales de varios países europeos. El virus se encontró en las aguas residuales de Alemania, Holanda, Bélgica, etc., pocos días después de que las primeras personas dieran positivo en las pruebas.
Partículas del coronavirus se han encontrado también en las aguas residuales en Italia, España, Francia y otros países, dejándose claro en cada uno de ellos que el número de partículas de virus de otras enfermedades es mucho mayor que en el caso del coronavirus.
En esos países, las autoridades aseguran que no hay problemas con el agua entubada de los grifos, pues ésta se purifica varias veces antes de llegar a los domicilios familiares. Declaran sin dudar que las compañías siguen técnicas avanzadas de filtración y desinfección del agua, que eliminan eficientemente cualquier bacteria y virus que esté presente en ella.
Señalan también que las estrictas regulaciones para la construcción y mantenimiento de tuberías de agua potable, aseguran que los consumidores estén bien protegidos contra la contaminación microbiológica. Por esta razón, las autoridades aseguran que si el coronavirus logra entrar al agua, se puede desactivar de manera fácil y muy eficiente.
Sobre la entrada del coronavirus al agua desde la defecación humana, señalan que no hay de qué preocuparse porque no tienen problemas de fecalismo al aire libre por ningún lado, y que las aguas residuales no se utilizan para la producción de agua potable. Destacan que usan aguas subterráneas y superficiales que provienen de ríos más grandes.
Aunque la propagación del coronavirus en Alemania, Holanda y Bélgica parece estar disminuyendo, las autoridades insisten en que los contagios se reducen en la medida en que las personas se adhieren a las medidas anunciadas por el gobierno. Consideran que el crecimiento exponencial del Covid-19 probablemente se ha detenido, y que es sensible una tendencia positiva hacia su eliminación en esta parte de Europa.
No dejan de repetir que el requisito para avanzar hacia la conjuración de la pandemia es que todos los compañeros domésticos de las personas enfermas con fiebre, deben quedarse en sus casas. Reiteran que quizás necesitan resaltar aún más esta medida, para que suceda el impulso final que permita a las unidades de cuidados intensivos de los hospitales lidiar con menos presiones con los casos críticos.
Sin las medidas señaladas, aseguran que demasiadas personas enfermarían al mismo tiempo y habría muy poco espacio en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales. Según las estimaciones utilizadas en esos países, el crecimiento en el número de pacientes con coronavirus está estabilizándose, por lo que la terapia intensiva tiene suficientes camas para la afluencia de pacientes.
Así las cosas, las preguntas que quedan para Yucatán a partir de lo acontecido en los países europeos son: 1) ¿qué sucede con el agua entubada que llega a los domicilios familiares debido a la infección humana de las aguas residuales por el nuevo coronavirus?, y 2) ¿qué sucede con el agua de las fuentes de abastecimiento debido a la misma infección viral por la defecación al aire libre, que ocurre como práctica común en las comunidades campesinas y las periferias urbanas de nuestro Estado?