Pilar Faller Menéndez
La Laguna de Venecia se encuentra rodeada de muchas islas, las cuales guardan historias impresionantes, así como imponentes construcciones que impactan por su belleza. Italia, un país repleto de hermosos monumentos históricos. Llama la atención una de las islas de la Laguna de Venecia, que quizá muchos desconozcan de su existencia, ya que es una isla que guarda un pasado oscuro y escabroso y que el gobierno de este país no permite el acceso a nadie. Se trata de la Isla Proveglia, la que durante la pandemia de la peste negra sirvió como un depósito de muertos y moribundos, debido a lo cual el 50% de la superficie se compone de restos humanos y cenizas.
Esta isla recibía diariamente a 500 víctimas de la peste, ya que en esa época no se pudo encontrar algún lugar para depositar a los muertos. La peste negra afectó a Europa en el siglo XIV y vivió sus peores años entre 1347 y 1353 lo que ocasionó aproximadamente la muerte de 25 millones de europeos y 60 millones en Asia, que en esos tiempos representaba el 30% de los habitantes de las zonas más pobladas del mundo. Las muertes se debieron en su mayoría a la superpoblación y hacinamiento así como la falta de higiene y conocimiento, que Venecia sufrió en mayor medida.
Podría pensarse que al haber superpoblación faltaban alimentos, pero la pobreza no fue la razón de este aterrador período histórico, sino la mala alimentación que debilitó las defensas de todas las clases sociales, así como el desconocimientos de la bacteria Yersinia pestis que se transmitía en las pulgas que tenían las ratas.
En aquellos tiempos las islas de Venecia, entre ellas Proveglia, fueron fuertes para defender el ataque de cualquier nave, pero Proveglia, dejó de ser considerada útil para los militares, ante la aparición de la peste, cuando adquirió el sobrenombre de “la isla de los muertos”, en donde se estima que yacen más de un millón de personas.
La peste fue uno de los terrores de la isla, pero para quienes buscan historias de terror y de fantasmas, deben saber que en el año de 1930 fue construido allí un gran hospital psiquiátrico, cuyos pacientes afirmaban que por las noches se oían fantasmas, por lo que gritaban desesperados por salir de allí. También se dice que eran torturados por los médicos, ya que se comenta que el director de este nosocomio, cuya identidad se desconoce, experimentaba con los pacientes practicándoles lobotomías y trepanaciones, que es una técnica quirúrgica ancestral que consiste en agujerear el cráneo, las cuales realizaba con herramientas rudimentarias como taladros, cinceles y martillos, por lo que los pacientes proferían gritos estremecedores.
En el año de 1960 una familia compró la isla para utilizarla como finca de descanso, lo que no fue posible, ya que a los pocos días de instalarse, una de las hijas tuvo un accidente que le dejó la cara desfigurada y la familia abandonó la isla dejándola para el cultivo de un viñedo, el cual se cosechaba sin pernoctar en la isla. Se desconoce la identidad de la familia aunque aún es la propietaria del lugar, lo que resulta de suma extrañeza ya que el Estado italiano la está ofreciendo en venta, por lo que hay mucha incongruencia entre las historias que se cuentan de ésta.
A pesar de la prohibición, Ranson Riggs, burlando la vigilancia, tuvo acceso a la isla en el año de 2010 y no se encontró con ningún fantasma, aunque sí halló osamentas y hojas sueltas de cuadernos en algunas habitaciones y se encontró con las mismas contradicciones que se conocen, ya que le aseguraron que en ese lugar nunca funcionó un hospital psiquiátrico, sino una residencia geriátrica aunque encontró evidencia de lo contrario. También le aseguraron que los cadáveres que fueron enterrados en la isla no eran tantos como se decía.
Riggs no encontró la isla tan espeluznante como la describen las historias, muy por el contrario, se trataba de un hermoso lugar.