Yucatán

¿Cuál es el afán de Coparmex de calumniar en términos de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad?

Jorge A. Franco Cáceres

Una y otra vez los directivos de la Confederación Patronal de la República Mexicana calumnian al Gobierno Federal como si fuera una empresa neoliberal, pretendiendo que no sabe a dónde ir en términos especulativos y que menos tiene claro cómo actuar con prioridades sectoriales, buscando soluciones tecnocráticas.

Cree el conejo que todos tienen el mismo pellejo. Coparmex cumple con esto a la perfección cuando insiste en que el Gobierno Federal debe generar soluciones conservadoras de inmediato, para evidenciar ante todos que tiene capacidad de mando eficiente destinado a encauzar cambios coyunturales.

Está claro que el organismo patronal está atrapado en un limbo de componendas neoliberales, que reclaman que el Gobierno Federal impulse negocios ventajistas y establezca relaciones preferenciales con la iniciativa privada, para evitar lo que anuncian como “los cuatro jinetes del apocalipsis global”: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.

Insiste en que el Gobierno Federal debe manejarse bajo términos del Design Thinking para evitar que lo acaben los siniestros caballistas antes del final de su sexenio. Se trata de ese esquema con soluciones que se presumen proactivas y sustentables, pero que no pasan de ser lavados mentales y enjuagues morales que pregonan desarrollo de resiliencia y adaptación a tiempos de cambio.

Coparmex reclama también que el Gobierno Federal no está atendiendo ni resolviendo problemas prioritarios relacionados con democracia, concordia, seguridad y crecimiento. Sin embargo, analizando su lógica facciosa, puede verse que no tiene nada que decir sobre esos temas, porque los usa para calumniarlo en términos de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.

Dado que el organismo patronal no es capaz de reconocer, ni siquiera en términos de su credo de Design Thinking, las necesidades sociales para adaptarlas a lo que juzga tecnológicamente viable, y luego impulsar lo que considera negocios realistas y oportunidades de mercado, sólo procede a desatar toda su frustración directiva desde los medios contra el Gobierno Federal.

Su frustración alcanza extremos fanáticos que llevan a su líder, Gustavo de Hoyos Walther, a declarar embustes como ese de que “aunque no les guste a algunos, el principal inhibidor de que no se dé el crecimiento en el país, ha sido el Gobierno Federal”; y a pretender bravatas como esa de que ya no se permitirá “que continúe o siga ese acobardamiento político del Presidente de la República, que le hace posponer decisiones y sigue predicando una política de abrazos”.

No cabe duda que la Coparmex carece actualmente de equilibrio directivo, de estructura empresarial y de lógica democrática debido a sus compromisos con intereses especulativos y grupos ventajistas.

No da muestras de entender y menos de asumir que la Cuarta Transformación no tiene nada que ver con las componendas privadas de interés transnacional que defiende, por ser un proceso de transformaciones históricas y estructurales en México.