En la actualidad existen entre ocho mil y 10 mil yucatecos y yucatecas de ascendencia libanesa en la Entidad, por lo que esa comunidad seguirá trabajando con pasión por y en favor de Yucatán para construir una mejor sociedad, señalaron ayer Ricardo Dájer Nahum y Sergio Abraham Rodríguez, Cónsul Honorario de Líbano y presidente del Club Libanés de Mérida, respectivamente.
La comunidad libanesa conmemoró ayer el Día del Emigrante Libanés y el Día Internacional de la Mujer con sendas ceremonias, la primera en el vestíbulo del Salón Beirut del Club, con la presencia de la Secretaria de la Cultura y las Artes, Erica Millet Corona, y la segunda en la rotonda donde se encuentra la estatua del migrante libanés.
El Cónsul Honorario de Líbano, Ricardo Dájer Nahum, señaló que el de ayer fue un día importante para todo el mundo “y más para nosotros, porque se suman esas remembranzas importantes, ya que no se concibe la migración sin el apoyo y el soporte del padre y de la madre.
Doble o triple esfuerzo
“Ambos trabajaron codo con codo y podría decir que, a veces, más la mujer que el marido porque, además de colaborar en el trabajo, se encargaba de la descendencia y de cuidarla y criarla, era un doble o triple esfuerzo y en las veces que el marido falleció, sola sacaba adelante a su familia”, indicó.
Sobre el Día del Emigrante Libanés, dijo que es importante que la comunidad no olvide sus raíces, el esfuerzo que realizaron hace casi 150 años y que duró de 1874 a 1915. “Por eso hay que recordar ese esfuerzo para que quede muy claro en los descendientes los valores de trabajo, esfuerzo y honestidad que guiaron a nuestros padres y abuelos”, señaló.
Recordó que en estos momentos elaboran un libro que contará historias de los inmigrantes libaneses y, a la fecha, llevan unas 41. Pretenden que sean cien las historias, pero “ha sido muy arduo el trabajo porque muchas veces se trata de los bisabuelos”.
También dijo que hace un año el Embajador del Líbano le pidió al Gobernador Mauricio Vila Dosal apoyo para poder cuantificar a la comunidad, y hace unos meses se trabajó con personal del Registro Civil y la Consejería Jurídica y pudieron identificar a más o menos ocho mil yucatecos con ascendencia libanesa.
“Se consideraron los que tienen el apellido libanés y hay quienes tienen apellidos castellanos porque no se entendía su idioma y escribían lo que consideraban. Por ejemplo, hay una gran cantidad de González que son de origen libanés o Medina o Mena. El primero de ellos fue una persona de apellido Sauma en 1874.
Maravillosa y noble tierra
Ante el Monumento al Emigrante Libanés, Sergio Abraham Rodríguez dijo que México es el gran país que acogió a muchos de sus antepasados y Yucatán, la maravillosa y noble tierra que les brindó todas las oportunidades para renacer.
Ante el presbítero Jorge Carlos Cervera Domani, rector de la parroquia de Nuestra Señora del Líbano, dijo que los descendientes recibieron un legado basado en los valores que los caracterizan como comunidad, la dedicación al trabajo, deseo de triunfo conjunto, espíritu de lucha, entereza ante la adversidad, gratitud, generosidad, solidaridad, resiliencia, unidad comunitaria y sobre todo unidad familiar.
Señaló que es deber de la comunidad libanesa no sólo conocer ese legado, sino practicarlo y difundirlo en la sociedad donde participan, para que así todos formen una mejor sociedad, una cuya misión sea buscar el bien conjunto antes que el individual, una sociedad humana caracterizada por su calidez, positividad, proactividad, que se aleje del egoísmo y la superficialidad que solo llevan a demeritarnos y a la descomposición del tejido social.
“Nuestra tarea es replicar los valores que nos fueron legados para contribuir a la formación de la sociedad inquebrantable”, dijo.
Abraham Rodríguez narró que mucha gente le pregunta cuál es el secreto de la comunidad libanesa que siempre tiene una sonrisa y ser siempre hospitalarios, a pesar de lo que han vivido, y comentó que un libro de Marian Rojas Estape le dio la respuesta: la lucha por una vida lograda, lo cual requiere de mucha reflexión, conocimiento, trabajo, esfuerzo, pero sobre todo el sentido del humor.
Ganas de vivir
“Ganas de vivir a pesar de los avatares diarios, hay que luchar por ser lo mejor que podamos siempre, viviendo, disfrutando, sintiendo y paladeando la vida, cayéndose y volviéndose a levantar; resiliencia, eso es lo que tenemos la fortuna de haber recibido de nuestros antepasados”, expuso.
El presidente del Club Libanés dio las gracias a las once mujeres creadoras que exhibieron sus obras de arte, de diseño y costura, y que son Daad Fadel, María Jesús Calderón, Leydi Dogre, Mayito Abraham, Marisol Chapur, Geraldine Abraham, el legado de María Manzur, Mora Ruiz, Laura Medina, Rosita Dájer y Estefanía Ricalde.
Después de las ceremonias, el presbítero Cervera Domani ofició una misa de acción de gracias a la que asistieron numerosas familias de la comunidad libanesa.
(Rafael Gómez Chi)