Yucatán

SAN ANTONIO HOOL, comisaría de Mérida.– Las señoras Isabel Solaya Jiménez, con seis hijos, y su amiga Rosa María Caytún Ek, con uno, ambas madres solteras, tienen para comer esta semana pero no la siguiente porque como cientos de otras mujeres que trabajan en el servicio doméstico se han quedado sin empleo.

“Ya no hay trabajo hasta que pase esta enfermedad”, le dijeron a doña Isabel en las tres casas donde laboraba en los quehaceres domésticos.

“Al menos esta semana sabemos qué van a comer mis hijos pero el resto de lo que dure este problema qué vamos a hacer; dicen que el gobierno está ofreciendo ayuda pero aquí en San Antonio Hool no hay internet, no hay un cíber y no sabemos cómo entrar a esas cosas”, expresó.

Su amiga Rosa María está preocupada por lo que pueda venir, pues nadie les da empleo ahora por la epidemia de coronavirus.

Las dos humildes mujeres viven con sus hijos en pequeños cuartos de concreto, en lo más apartado de este pueblo ubicado al poniente de la ciudad.

“Mi esposo no está con nosotros desde hace varios años, yo tengo que trabajar para sacarlos adelante; los más grandecitos van a la escuela secundaria y primaria de Dzityá; se van en bicicleta y solo los encomiendo a Dios porque sé que es muy peligroso, ya que tienen que cruzar una carretera, y es que aquí en San Antonio no hay escuelas, solo siete niños asisten a una de Conafe, pero el dinero que gano no me alcanza porque les piden cosas en sus escuelas y comprar despensa para toda la semana es muy difícil para mí; yo he hablado con los maestros cuando quieren que vaya a una junta o algo así, y trato de explicarles a mis hijos y me da tristeza que todas las mamás vayan con sus hijos y yo no poder ir con los míos”, refirió.

“No sé que voy a hacer”

“Cuando no tengo dinero comemos plátanos en dulce o asados, pero ahora que me he quedado sin trabajo no sé qué voy hacer, al menos esta semana sí tenemos dinero que me pagaron el fin de semana pero ya ayer (el domingo), me pidieron que no fuera a trabajar y eso es lo que me angustia, pues dicen que la enfermedad va a durar más semanas o meses y entonces me pregunto qué les voy a dar de comer a mis hijos cuando me digan que tienen hambre o si alguno de ellos se me llega a enfermar con qué voy a comprar medicina”, dijo, triste, doña Isabel.

La señora Rosa María ve un futuro desolador para ella y su hijo porque también fue despedida de su trabajo como doméstica.

“Yo estoy en la misma situación, a mí también me pidieron que ya no fuera a trabajar; nosotras vivimos al día y si no trabajamos no comemos, pero un día escuché que los de la política andaban viendo cómo ayudarnos a todas las que trabajamos en las casas haciendo el aseo, la comida o lo que nos pongan las patronas”, indicó esta señora.

Ojalá llegue la ayuda

“Yo desde que nació mi niño lo he sacado adelante sola; un día le dije a su papá que me ayudara y simplemente me dijo que yo lo atendiera porque él no tenía dinero para apoyarme y se fue; de desde hace once años no he recibido nada de él; si quisiera que gente de buena voluntad nos diera trabajo o nos ayude porque las autoridades nos piden que estemos en casa, pero entonces cómo le vamos a hacer para mantener a nuestros hijos; afortunadamente aquí me da permiso mi amiga Isabel de que me quede a dormir en su cuartito, aquí todos como cabemos como podemos; dicen que el Gobernador está mandando ayuda y ojalá que lleguen a San Antonio Hool”, concluyó.

(Texto y fotos José Luis Díaz Pérez)