Roldán Peniche Barrera
Si pudiera lavar tu cadáver
Bebería tu esencia
En el residuo de esa aguas.
Lo haría por tu sed de justicia
Y tu piel de venado enlutado
En plumas de faisán herido.
Si pudiera acabar con las atrocidades
Del tártaro hirviente
Lo haría por tu voz de jazmín
Con que esparces tu fragancia
De nobleza, bondad y generosidad
Sin límites.
Porque por ti
Parieron los párvulos
Y engendraste nuevos seres
Que el tiempo ha llenado
De maldad, envidia y egoísmo.
Toda tu obra mortalmente herida
Se va por los canales del hades
Saboreándolo luzbel
Al quemarse sin remedio
Sin remedio.
Yucatán es tiempo a destiempo
Pintemos de verde las escuelas
Símbolo de una obra imponente
Que nos legaron
Nuestros ancestros mayas.
Las dejaste en manos intrusas
Que han convertido tus códices
En un infierno.
Yucatán: Tierra de paisaje exuberante
Hoy enmarañado en un ulular ensordecedor
De 500,000 acelerados motores
Que oscurecen vidas
Logrando acabar
Con el despertar de un mañana.
La lonja y otros centros
De sano esparcimiento
Los han convertido en antros
Florecientes de promiscuidad
Donde proliferan los nocivos
Que se filtran por los torrentes sanguíneos
De jovencitas casi niñas
Que no se respetan
Ni se dan a respetar.
Mi Yucatán de antaño
Te quiero porque te quiero
Con la nostalgia del ayer
Que aún palpita
En las tinieblas del tiempo
En que te fuiste
¡Para nunca más volver!
FIN
Autor: Jorge Parra Zapata