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Yucatán

Confinamiento propiciaría depresión

TIZIMIN, Yucatán, 26 de abril.- La depresión es muy común en estos tiempos de contingencia, que ha hecho que el resguardo se vuelva un nido de pensamientos, emociones y actitudes dirigidas por el ocio y la desocupación.

Esto fue lo que dio a conocer el Especialista en Psicología Clínica y profesor de la Unidad Multidisciplinaria Tizimín, Arturo Pelcastre Monjiote, mencionando que la incertidumbre, la desesperanza, la convivencia familiar a la que no estamos acostumbrados y el bombardeo masivo sobre el cuidado de la salud mental, nos hace pensar seriamente en nuestro estado emocional, haciendo, en ocasiones, que nos identifiquemos con aquello que leemos sobre los trastornos mentales.

Explicó que la tristeza, sensación de vacío, irritabilidad, insatisfacción, cansancio y ansiedad, son síntomas que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas, pero que pareciera que durante la contingencia se agudizan y se unen en uno solo; incluso algún lector puede en este momento estarse sintiendo identificado.

Dijo que es común que nombremos a la tristeza de muchas maneras, “estar depre” “bajoneado” “chipi” “deprimido”, incluso “bipolar”; indicó que si bien es cierto que todos nos hemos sentido tristes alguna vez, pero no todas las tristezas pueden ser llamadas depresión, ni tampoco el estar triste es suficiente para tal diagnóstico.

Enfatizó que la depresión es un trastorno del estado de ánimo mucho más grande a una tristeza, y por eso es importante, primero que nada, tomar con calma lo que sentimos actualmente y olvidarnos del diagnóstico. Pensemos, si lo que sentimos ahora, estaba presente mucho antes de la epidemia, si esas emociones ya se habían experimentado con anterioridad o si son nuevas. Si piensa que pueden ser recientes, probablemente estas sean una reacción normal del confinamiento o del hecho de sentirse en riesgo y pasarán en cuanto acabe la cuarentena. Si estaban ahí desde antes, entonces sí debemos considerar tomar algunas consideraciones muy importantes.

Insistió en que la depresión no es sólo estar de mal humor, con melancolía de vez en cuando, tampoco es sentirse desanimado o triste, pues estos sentimientos son normales, sobre todo ante una experiencia tan particular como una epidemia y se irán cuando esta acabe y todo vuelva a la normalidad.

Pero dijo que un estado depresivo, o un estado anímico, que se prolonga durante mucho tiempo, semanas, meses o incluso años y limita la capacidad de la persona de funcionar normalmente en el ámbito personal, familiar, laboral, social y que la deteriora, podría diagnosticarse como una depresión.

Qué causa la depresión

Hizo énfasis en que la depresión no suele estar causada por un acontecimiento o razón, sino que normalmente es el resultado de varios factores, que las causas varían de una persona a otra, que la depresión puede estar causada por unos niveles bajos de neurotransmisores (sustancias químicas que transmiten las señales a través del sistema nervioso) en el cerebro, lo que limita la capacidad de la persona de sentirse bien y por la genética, pues la depresión puede transmitirse en las familias, de modo que, si alguien tiene o tuvo un pariente cercano con depresión, puede tener una posibilidad mayor de padecerla.

Reveló que los acontecimientos significativos de la vida, como la muerte de un ser querido, un divorcio, un cambio de residencia o una ruptura amorosa pueden provocar síntomas de depresión, así como las enfermedades crónicas, los efectos secundarios de ciertos medicamentos o ciertas enfermedades infecciosas.

Cómo reconocer la depresión

Precisó que las personas con depresión describen sentimientos de desesperanza respecto a cualquier cosa o dicen sentir que no vale la pena esforzarse por nada. Están convencidos de que “no son buenos”, de que su mundo es un lugar difícil y de que son incapaces de hacer algo respecto a ello.

Pero manifestó que para realizar un diagnóstico exacto de la depresión, es necesario llevar a cabo una evaluación clínica detallada por parte de un profesional de la medicina o un especialista en salud mental. Este especialista realiza pruebas, que incluyen la entrevista con la persona afectada y sus familiares, observaciones y algunas veces evaluaciones neurológicas, tales como una tomografía, resonancia, electroencefalograma, etc.

Compartió que es muy importante que se tenga en cuenta que una lista de síntomas no es suficiente para determinar un diagnóstico, sin embargo, dentro de las características generales de las personas con depresión pueden estar presentes las siguientes: Sentimiento de estar desanimado o triste sin alguna razón, falta de energía, sensación de ser incapaz de hacer la tarea más simple, incapacidad para disfrutar de las cosas que antes producían placer, falta de deseo de estar con amigos o familiares, sentimientos de irritabilidad, ira o ansiedad (la irritabilidad es especialmente común en los niños y adolescentes), incapacidad para concentrarse, aumento o pérdida de peso notables (o una ganancia de peso inferior a la esperada), un interés escaso o excesivo por la comida; un cambio significativo en los hábitos de sueño, como dificultades para dormir o para despertarse; sentimientos de culpa o de inutilidad, dolores a pesar de no existir problemas físicos, falta de interés sobre lo que ocurrirá en el futuro, pensamientos frecuentes sobre muerte o suicidio, consumo de sustancias, alcohol y conductas autolesivas.

Puntualizó que si usted considera que tiene síntomas de depresión, es importante que intervenga, hable con su médico o especialista en salud mental, hablar con otras personas que lo conozcan de su situación también es muy recomendable.

Indicó que muchas personas evitan actuar porque pueden sentirse culpables, considerando que “ya pasará”, prefieren resolver los problemas personales en privado ya sea por estigma social de la salud mental o vergüenza de sentirse juzgado, porque si la persona tiene depresión mucho antes de la epidemia, ésta estará presente aun cuando todo vuelva a la normalidad.

Compartió que no sólo los adultos padecen depresión, que durante mucho tiempo se mantuvo la creencia de que los niños no se deprimían y que los adolescentes pasaban por una época de “confusión y estrés”, por lo que muchos niños y adolescentes con depresión no se trataban y que ahora se sabe más sobre la depresión en la infancia y es igual de importante ayudar a adultos que a niños tan pronto como se descubre.

Dijo que a menudo los padres se sienten responsables por las cosas que les pasan a los hijos, pero los padres no son los causantes de la depresión. Sin embargo, es verdad que la separación de los padres, la enfermedad, la muerte y otras separaciones pueden provocar problemas de corta duración en los niños y a veces desencadenar un problema asociado a una depresión de más larga duración.

La buena noticia es que los profesionales pueden ayudar, pues la depresión puede tratarse exitosamente en la mayoría de las personas que se deprimen, pero si la depresión no se trata, podría conducir a consecuencias fatales, pues es el principal factor de riesgo del comportamiento suicida.

¿Qué puedo hacer para ayudar?

Recomendó que también es importante recordar que las personas con depresión necesitan de apoyo familiar porque necesitan escuchar reiteradamente que no están solas y que estarán con ellas, que hay que tener presente que las personas con depresión pueden ver el mundo de manera muy negativa, porque sus experiencias están teñidas por la depresión.

Mencionó que estas pueden actuar como si no deseasen ayuda o como si no supieran lo que están experimentando realmente, pero puede tratarse con psicoterapia, medicamentos y una combinación de psicoterapia y medicamentos.

Enfatizó que un psiquiatra puede recetar medicamentos, y aunque pueden hacer falta varios intentos hasta encontrar el fármaco adecuado, la mayoría de las personas que siguen el tratamiento prescrito finalmente se llegan a sentir mejor.

Añadió que si alguien que conoce tiene depresión, puede que usted se sienta culpable por no ser capaz de animarlo, que también es posible que piense que esta persona está deprimida por algo que usted hizo o no hizo; pero esto no es cierto, porque si le cuesta manejar la culpa, la frustración o la ira, debe considerar la posibilidad de solicitar ayuda terapéutica para usted.

Expuso que hay que aceptar la situación y nunca decirle a la persona “que se anime”, hay que recordar que lo que está provocando la depresión no es la pereza, lo que le ocurre simplemente es que no tiene el deseo ni la energía para hacer esas cosas.

Estén atentos a las señales de alarma, y asegúrese de la persona sigue el tratamiento prescrito, ya sea medicación, terapia o ambos, llame al médico si observa señales de que podría hacerse daño, si habla de suicidarse, o si muestra signos de alarma, como regalar sus pertenencias o preocuparse por la muerte. Llame inmediatamente a su médico o a un profesional de salud mental, la depresión puede ser aterradora y frustrante para quien la vive y sus familiares, sin embargo, con el tratamiento adecuado y redes de apoyo, podrá empezar a sentirse mejor y disfrutar de la vida y aprender a enfrentar las situaciones de forma más asertiva.

(Luis Manuel Pech Sánchez)

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