–Nuestros cuerpos viven hoy amenazados por la pandemia, pero pueden vivir en la esperanza y esta esperanza debe mitigar el temor ante la posibilidad de la enfermedad y la muerte, aseveró ayer el Arzobispo de Yucatán, Monseñor Gustavo Rodríguez Vega, durante la misa del tercer Domingo de Pascua.
Agregó que como buenos cristianos no debemos pensar que todo es falso, tampoco debemos violar las normas de prevención sanitaria, pues con ello ponemos en riesgo a las personas cercanas a nosotros y a todos los demás; más bien debemos mantener la serenidad ante la bella esperanza que ponemos en la resurrección del Señor, que nos alcanzará después de la muerte.
Exhortó a todos a cambiar, pues no debemos volver a lo mismo; para ello debemos rogar al Señor con el salmo “Enséñanos, Señor, el camino de la vida”: ¡Enseña este camino, Señor, a quienes nos gobiernan! ¡Enséñalo a hombres y mujeres de empresa, para que se impongan un modelo económico más justo y respetuoso! ¡Enséñalo a los educadores para forjar una humanidad más fraterna y protectora de la vida desde la concepción hasta la muerte natural! ¡Enséñalo a las familias y a los individuos, pues cada uno debe recibir de ti la propia inspiración para el debido cambio de vida personal!
Realismo exagerado
Al comentar el pasaje del Evangelio según San Lucas, donde Jesús ya resucitado se les aparece a dos discípulos que caminaban rumbo a Emaús, el prelado dijo:
–¿Por qué Jesús los alcanza en el camino? ¿Se lo merecían con su incredulidad? Jesús miró en ellos un par de ovejas descarriadas, pero prefirió mejor pensar en lo que ellos habían dejado por seguirlo durante tres años, y en la tristeza que les pesaba en el corazón. No eran malos, sino gente buena, a la vez realista ante el hecho del cuerpo destrozado de Jesús, como quedan todos los crucificados, señaló.
Comentó, sin embargo, que un realismo exagerado nos hace abandonar la fe y la esperanza, pero no debemos de permitir que eso nos suceda con esta pandemia: “¡Seamos realistas con esperanza!”, demandó.
Relató cómo Jesús finge continuar su camino y los discípulos le piden que se queden en su casa porque ya era tarde y comenzaba a oscurecer: “Y entró para quedarse con ellos”, según dicen las Sagradas Escrituras.
–Nosotros en medio de esta pandemia, y todas las familias que lo están invitando, Jesús permanecerá con nosotros, Él no se hará del rogar y entrará para quedarse con nosotros –señaló.
–Cuando Jesús se sienta a la mesa y comparte con ellos el pan entonces lo reconocieron. En esa eucaristía doméstica lo reconocieron y Él desapareció de sus ojos quedándose en sus corazones para siempre; entonces los discípulos dijeron entre ellos: ¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos explicaba las Escrituras!
Paciencia y obediencia
Finalmente monseñor Rodríguez Vega invitó a los fieles a pedir al Señor fortaleza para perseverar en la paciencia y obediencia a nuestras autoridades. Pidió a todos orar diariamente y pedir al Señor que nos conceda la indulgencia plenaria que la iglesia ha puesto a nuestro alcance para todo este tiempo que es de prueba y, a la vez, de gracia.
(Elena Gómez)