TIZIMIN, Yucatán, 6 de abril.- Los comerciantes que prestan servicios de alimentos, los supermercados, las farmacias y los que atienden necesidades básicas implementan en sus establecimientos diferentes medidas preventivas para evitar el riesgo de contagio del Covid-19.
Algunos, como Doña Landy Sánchez Tovar, que tiene su taquería de venta de cochinita en el Mercado Municipal, colocó una soga para evitar la cercanía de los clientes a los alimentos que expende por el riesgo a que alguien estornude y exponga su producto.
Mientras que Gregorio Sandoval Araujo, propietario de una frutería y tortillería, exhortó a los comerciantes y demás prestadores de servicios a cuidarse entre todos, ya que si se protegen, también lo hacen con los demás a sabiendas de que es muy terrible la pandemia, por lo que decidió colocar una mesa a la entrada del negocio para evitar que la gente ingrese y se conglomere, atendiéndolos uno a uno.
Los supermercados también implementan la aplicación de gel a sus entradas, así como la desinfección de su calzado; en otros, la gente hace filas fuera del local manteniendo su debida distancia e ingresan uno por uno, además de que solamente permiten que un miembro por familia entre a realizar sus compras.
Algunas farmacias han colocado cintas de precaución para cerrar varias entradas, dejando solamente una y también las colocan a cierta distancia de los mostradores para proteger tanto al cliente como al personal.
Estas son algunas de las medidas preventivas que ejerce la ciudadanía, demostrando la seriedad ante la contingencia del Coronavirus, conscientes de que si se siguen las recomendaciones emitidas por las autoridades de Salud y gubernamentales nos cuidamos todos y a la vez protegemos a nuestras familias.
Sin embargo, todavía existen comercios que no quieren acatar las normas de cerrar, pese a saber que sus giros no son indispensables en esta contingencia; tal es el caso de la tienda de motocicletas Italika, la cual ayer fue visitada por personal del departamento Jurídico del Ayuntamiento para obligarlos a que cierren sus puertas al público, para no seguir exponiendo tanto a sus empleados como a sus clientes.
(Luis Manuel Pech Sánchez)