PROGRESO, Yucatán, 10 de mayo.- Una de las opciones que se tenían en el pasado, para llevar a mamá a festejar en el puerto, era a desayunar o comer a un buen restaurante con una buena vista al mar.
Pero debido a que estamos en la semana más difícil por la contingencia sanitaria Covid-19 en su Fase III, se cambió de manera radical para festejar a las autoras de nuestros días, cada quien a su gusto, poca economía, pero eso sí con mucho amor y sobre todo creatividad, eso sin salir de casa.
Hoy fue un 10 de Mayo muy diferente, que jamás se olvidará por décadas, no se notó a nadie en la avenida del malecón tradicional “Don Romeo Frías Bobadilla”, como a muchos se les ha olvidado decir.
Con el cielo entre claro y nublado, el mar con cierto oleaje y negros nubarrones en el horizonte amenazando lluvia, el malecón lució completamente vacío, restaurantes y calles cerradas y eso si encharcados por las fuertes lluvias que cayeron en horas de la noche y madrugada.
Como se dijo el festejo cambió. A la Reina del hogar como muchos la catalogan, le llevarán su desayuno tal vez a su hamaca o cama, con sus platillos predilectos y al mediodía una rica comida casera, cooperado por todos sus hijos, pero eso sí sin nada de licor o de cerveza, por la ley seca, que en muchos de los casos eran detonantes de fuertes discusiones y pleitos familiares.
En las escuelas primarias, cerradas también por la pandemia, no se realizaron los festivales en su honor, sus propios hijos eran los actores principales, les cantaban, leían poesía y llevaban presentes hechos con sus manos a sus progenitoras, mientras la Directora y personal docente les proporcionaba un espléndido ambigú y otros regalos útiles para el hogar.
La zona comercial, estaba desierta, uno que otro en busca del regalo perfecto de última hora, ya muchos sin nada de presupuesto a falta de trabajo o que pagarían a crédito en varios meses, cuando se reactive la economía de manera lenta y gradual.
(Alfredo Canto May)