Unos jóvenes de Subincancab, Timucuy, rescataron una lechuza, de las conocidas popularmente como de campanario, luego de que vecinos de esa comisaría la atacaron a pedradas y la rociaron con agua bendita.
El animal presenta fracturas en el pico y un ala.
José Pierre Medina, presidente de la asociación civil Proyecto Santa María, subrayó que a raíz de la contingencia sanitaria se han incrementado los ataques a lechuzas y búhos en Yucatán, cuya presencia se asocia a supersticiones y creencias relacionadas con la muerte.
Por otra parte, señaló que ayer, en un accidente en la avenida Pérez Ponce, un vehículo chocó contra un árbol, lo que provocó que una pequeña lechuza cayera de su nido; el ave se encuentra bajo resguardo de unos voluntarios y en el transcurso de la tarde de hoy será entregada a Proyecto Santa María para que la atienda un veterinario especialista en aves.
Dijo que con el ataque en Subincacab ya suman cinco agresiones documentadas en lo que va de la actual contingencia sanitaria.
El miedo e incertidumbre ante el escenario actual por la emergencia sanitaria, y el estrés que se vive, intensifican este tipo de conductas que, más allá de maldad, reflejan un tema cultural y de “autoprotección”.
Recordó que hace algunos días cerca de Valladolid tuvieron un reporte del ataque a un nido de lechuzas, varias de las cuales cayeron a un cenote y no sobrevivieron.
Explicó que en estas fechas es época de reproducción de las lechuzas. Por otra parte, señaló que en fechas recientes se rescató una lechuza blanca grande que fue atacada antes de la contingencia, la cual se encuentra en proceso de rehabilitación.
Finalmente hizo hincapié en que las lechuzas no traen consigo malos acontecimientos, sino que son aves que cazan de noche y controlan plagas que afectan los cultivos.
José Manrique