Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
Mucho se ha bordado sobre quienes fueron los españoles que conocieron personalmente a los yucatecos en su travesía para conquistar la América. Se habla de algunos marineros que viajaban en las tres embarcaciones salidas del Puerto de Palos; otros mencionan que el propio Almirante se topó con ellos no muy lejos de la futura península. Con todo, el brillante cronista Juan Francisco Molina Solís, basado en fuentes más antiguas, afirma que la nave en la que viajaba don Bartolomé Colón, hermano de don Cristóbal, fue la primera que descubrió una gran canoa por el Caribe donde, según sus cálculos, viajarían unas 25 personas. Los primeros yucatecos.
Bartolomé da la noticia al Almirante
Bartolomé hizo detenerse a aquella gran canoa y mientras -de seguro por señas- entretenía a aquella extraña tripulación, mandó aviso a su hermano de su descubrimiento. Ni tardo ni perezoso se presentó el Almirante para dar fe de aquellas personas (que seguramente eran vecinos o habitantes de nuestra península). Llegó, vio, pero no venció (ni creo que tampoco lo intentara por el momento) y quedó asombrado ante lo que veía:
La novedosa embarcación
El Almirante se sorprendió de lo bien equipada que encontró aquella embarcación: según los viejos cronistas se trataba de una larga canoa de unos 8 pies de anchura, hecha de una sola pieza perfectamente trabajada; contenía un cobertizo de petates que los protegía a sus ocupantes de las inclemencias del tiempo: el ardiente Sol, la incesante lluvia, un posible huracán. En su interior veíanse multitud de mercancías seguramente con un propósito comercial.
-¿Crees que son belicosos? -preguntó Bartolomé al hermano.
-No, para nada. -Dice el Almirante-. Son sólo mercaderes en plan de trabajo. Vienen o van de comercio con otras embarcaciones.
-Tienes razón -respondió el otro-, mira lo que traen: utensilios de barro, mucho cacao, hachas de cobre por si se enfrentan con un peligro, espadas mexicanas, mantas de algodón… ¡Qué belicosos van a ser! Además, vienen acompañados de sus familias…
Los hermanos trataron de ganarse su confianza regalándoles con un montón de chucherías pero como nadie se entendía, acabaron de despedirse marchando en cada embarcación a su respectivo destino. Así fue el encuentro de Colón con los mayas pero estaba escrito que no sería el Almirante quien descubriera Yucatán. ¡Cosas de la vida!