Yucatán

Odisea de una mujer que se internó en la selva de la biósfera de la Ría, para cruzar en lancha al pueblo pesquero, de donde es originaria / Addi Guadalupe Flores Pech, de 25 años, narra a Por Esto! la situación que vivió, al ser atacada por insectos, como tábanos, que afectaron su salud / La entrevistada pide apoyo al gobierno y la CODHEY, para que cesen las agresiones en su contra

CELESTUN, Yucatán, 16 de mayo.- Una discusión de sus familiares con los responsables del retén sanitario en el puente tuvo como consecuencia que le impidan entrar a su pueblo natal.

Eso casi le cuesta la vida a la joven señora Addi Guadalupe Flores Pech, de 25 años, quien tuvo que cruzar de “mojada” a este pueblo pesquero.

Addi Guadalupe narró al reportero de POR ESTO! la manera en que ocurrieron los hechos, lo que, según ella, afectaron su salud al ser atacada por alimañas, principalmente por tábanos –que le causaron una reacción alérgica en el cuerpo–, cuando se internó en la selva de la Biosfera de la Ría, y que fue necesario llevarla al Centro de Salud.

En las redes sociales, los encargados del retén que integra un grupo de pobladores, dieron su versión de los hechos, pero no ofrecieron una explicación razonable, sino que se limitaron a agradecer a la gente su apoyo para continuar en la vigilancia.

La mujer celestunense dijo que hace cerca de dos meses que se trasladó con su actual pareja sentimental, Darwin Guadalupe Clemente Fuentes, a Isla Aguada, Campeche, de donde es originario, para visitar a los papás de éste, pero no contaban con la aplicación de la contingencia sanitaria, que obligó al cierre de carreteras y comunidades enteras en toda la Península de Yucatán.

Comentó que el martes 12 del actual, retornó a Celestún junto con su pequeña hija y, para adelantarse en los trámites en el retén sanitario, pidió a su prima Isamar Baldera y al padre biológico de la niña, Daniel Mijangos, junto con su madre Yolanda Pech Caamal, que hablaran con ellos y les explicaran sobre su retorno.

“Ante la negativa de permitirnos la entrada junto con mi pequeña hija, mi madre discutió con ellos, quien les dijo que ‘mi hija entra, porque entra’, y para mala suerte, adoptaron una actitud negativa, que terminó con una falsa versión, al asegurar que vengo de Cancún, Quintana, Roo, y que ‘seguramente’ estaba contagiada con el COVID-19.

“Inútiles fueron mis esfuerzos cuando les presenté un certificado médico, expedido por el Instituto de Servicios Descentralizados de Salud Pública del Estado de Campeche, de la Jurisdicción Sanitaria No. 3 con sede en Isla Aguada, firmado por la Dra. Daniela Saraí Dzib Maas, donde certificó mi tipo de sangre y de no tener algún síntoma respiratorio”, dijo.

“Además, ofrecí a que me llevaran al Centro de Salud local para que me hicieran otros estudios, para que certificaran que no estoy enferma, y mucho menos contagiada, pero no aceptaron; asimismo, les ofrecí que me quedaría en mi casa, de donde no saldría, todo para que me permitieran pasar.

Al ver su actitud negativa me la jugué por la Ría, donde, después de caminar por unas veredas y llegar a un ojo de agua, me pasaron en lancha y me quedé guardada entre la vegetación, cerca de las instalaciones turísticas de Dzinitún, y luego esperaron a que entrara la noche para rescatarme”, abundó.

“Afortunadamente, a mi hija la cruzaron en motocicleta por mi ex pareja y mi prima. Por la noche de ese día, un grupo llegó hasta las puertas de la casa de la Alcaldesa, Yulma García Casanova, para pedirle que fueran a mi casa y me sacaran del puerto, como si fuera una vulgar delincuente”, precisó.

“Ahora por las redes sociales están afirmando que estoy enferma de Coronavirus, cuando esto es totalmente falso. Me remito a cualquier autoridad de salud para que me hagan los exámenes que se requieran”, dijo.

“Lo único que quiero es que me dejen en paz. Por ello pido la intervención del Gobierno del Estado y la CODHEY, para que cesen las agresiones en mi contra y me den garantías para mi persona, mi familia y mis bienes”, finalizó.

(Texto y foto: Ramón Reyna Fernández)