“En la lucha contra el COVID, aunque tengas miedo, no puedes dejar de ser profesional”, afirmó la enfermera Miriam Alonzo Gómez, quien por su profesión verifica la salud de los ciudadanos en el módulo del Palacio Municipal de Mérida.
Antes de la contingencia, la enfermera Miriam laboraba en el módulo de Salud de la comisaría de Cholul, pero éste cerró y la enviaron a servir en el Centro de la ciudad.
La entrevistada manifestó que, como todo ser humano, le da miedo el contagiarse de alguna enfermedad, sin embargo, su profesionalismo y el amor a su trabajo hace que los días que le toque ir a trabajar, porte con orgullo su traje de “astronauta”, como ella le llama.
Con sus gogles, bata, cubrebocas, careta y botas, Miriam le checa la temperatura (sin distinción) a los que cruzan por el Ayuntamiento, donde algunas personas, a pesar de las prisas y las caras largas, le agradecen que los cuide.
Al término de su jornada laboral, Miriam se despoja de su traje, lo desecha en una bolsa y, con todo su pesar, no porta su uniforme de enfermera, porque dice no querer arriesgarse a que le pudieran faltar al respeto en la calle arrojándole alguna sustancia.
La enfermera manifestó que, cuando llega a su casa, ya implementó un protocolo de higiene que realiza minuciosamente antes de entrar.
En la terraza de su casa instaló una manguera y una cajita con jabón de baño, entonces se despoja de su ropa, se jabona y, al término, su esposo le pasa una muda de ropa limpia, se cambia y, posteriormente, entra a su casa.
La entrevistada manifestó que todos los días que sale a trabajar realiza ese ritual, porque el virus del COVID es muy contagioso y no quiere llevarlo a casa y contagiar a su familia, especialmente a su hijo pequeño.
Los días que no le toca trabajar se queda en casa, evitando salir a la calle lo más posible para no exponerse al virus.
(Texto y foto: Melly Manzanero)