Eliseo Martín Burgos
Cuenta el historiador romano, del siglo I, que el general e historiador griego Jenofonte se encontraba en el templo haciendo sacrificios a los dioses cuando recibió la noticia de que sus dos hijos habían muerto en la batalla de Mantinea. Jenofonte no suspendió su piadosa rutina y en señal de duelo se quitó la corona de la cabeza; preguntó cómo habían muerto sus hijos y al oír que habían caído peleando, tomó de nuevo su corona y se la puso en la cabeza diciendo:
–Siendo así, no es hoy un día de duelo sino de mucho regocijo y gran honra para mí y de gloria para ellos.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca