El 90% de los casos de las personas que viven con ansiedad suceden porque están pensando en el futuro y en todo lo malo que pueda pasar. Entonces, lo primero para superarlo es pensar en el presente, en el aquí y en el ahora, dijo ayer María Teresa Cano Peña, psicóloga, terapeuta en desarrollo humano y con Maestría en Relaciones Humanas.
Y agregó:
—Pensando en el aquí y el ahora podamos nosotros tener ese control que necesitamos sobre nuestras propias emociones. Las personas tienen que dejar de alimentar el miedo y dejar de estar pensando todo lo malo que puede pasar. Si no estamos conscientes de qué emociones estamos teniendo, lo que sucede es que al rato vamos a necesitar una pastilla para dormir, para ir a trabajar o vamos a necesitar unas copas de alcohol, etc.
Dijo también:
-Es tiempo de cambios y cambios muy fuertes que vienen para el ser humano; por eso tenemos que estar preparados todo el tiempo, y para ello tenemos que estar alineados a las emociones que nos suman, que nos hacen crecer, como son la felicidad, la alegría, la buena actitud, el amarnos a nosotros mismos, el sanar cosas que hayamos vivido en el pasado. Eso sirve para no vivir en angustia, para darnos cuenta de que las cosas materiales del exterior no son detonantes de felicidad, que todo lo que está buscando el ser humano por fuera está adentro y, por lo tanto, somos responsables al cien por ciento de nuestro presente.
La ansiedad en tiempos del COVID-19
Dijo que como todo en la vida, al ser humano todo lo desconocido y lo que no puede controlar le causa incertidumbre:
-Nos causa ansiedad, y esa ansiedad proviene del miedo, que es una angustia, un temor, una preocupación llevada a un nivel importante. Y esto –explicó- puede detonarse cuando está uno pensando todo el tiempo en cosas catastróficas del futuro. Así es como se empieza a crear esa ansiedad, porque no podemos controlar lo que está sucediendo dentro de nosotros.
La otra causa es estar mucho tiempo sosteniendo el miedo: hablaron primer de 30 días, luego de 40. Y allá es donde no se empieza a disparar la ansiedad, porque no sabe la gente cuándo va a poder controlar esto y es cuando empieza a crearse esta ansiedad.
También están las creencias que desarrollamos por medio de saber las noticias o por lo que nos dice la gente. Empezamos a crear un sistema de creencias que está basado en el miedo y que detona una ansiedad porque hay inseguridad en la persona.
Surgen las fobias
Y todo eso de alguna manera se va combinado con el aislamiento, y esto puede empezar a crear problemas mayores, pues al estar en el aislamiento empiezan a crearse fobias en las personas, y los síntomas pueden ser como cuando sentimos sudoración en las manos o en el cuerpo, mareos, dolores de cabeza, mariposas en el estómago, latidos rápidos del corazón, la respiración se acelera también y es cuando podemos decir que la persona ya está en un estado de ansiedad y de miedo. Y esta ansiedad, proviene del temor de la preocupación, de la angustia, porque el miedo lleva a más miedo al contrario de lo que ocurre con el amor, que sirve para curar la ansiedad.
Ahora, ¿cómo podemos manejar la ansiedad? Porque no podemos evitarla cuando ya está. A veces las personas usan como escape para quitarse la ansiedad, o para eludirla, los vicios, las drogas, el sueño, pero realmente lo único que logran es que cuando ya pasan estos estados, en el momento en que sobreviene la cruda, se vuelve a crear más ansiedad todavía.
No temer al futuro
—¿Qué podemos hacer ante esa situación tan difícil?, preguntamos.
-Yo recomiendo reconocer que estamos ansiosos. Buscando la raíz de esa ansiedad, lo que vendría siendo la causa, podemos encontrar la solución a eso dándonos cuenta de que nuestros temores son infundados porque realmente no los estamos viviendo en el presente. El 90% de los casos de las personas que viven en la ansiedad, están pensando en el futuro. Entonces lo primero es pensar en el presente, en el aquí y en el ahora, para que podamos nosotros tener ese control sobre nuestras propias emociones.
Papel de la respiración
En esto la respiración tiene un papel: normalmente a una persona que tiene una respiración acelerada, eso le provoca sudoración, mareos, latidos rápidos del corazón, mariposas en el estómago, etc. Al hacer lo contrario que es la respiración controlada y pausada, desaceleramos los latidos del corazón, y automáticamente nuestros pensamientos empiezan a calmarse, empezamos a tener pensamientos más controlados pensando que el miedo es algo con lo cual no puedo yo trabajar ni controlar sino hasta que trasciendo el miedo. En ese momento me doy cuenta de que mi presente es como puedo realmente trabajar y vivir.
Otra manera que yo recomiendo de controlar la ansiedad y el miedo es la meditación: la meditación puede ser de cualquier tipo, no importa la corriente que se elija, logra calmar la mente al hacer conciencia de su cuerpo, de su mente y su respiración. Y así por ejemplo enfocando la mente únicamente en lo que deseamos, acabamos con el miedo a todo lo malo.
Enfocar la visión en la parte espiritual
Por otra parte, la entrevistada comentó que, sin importar cuál sea su creencia religiosa, el ser humano tiene una parte espiritual muy importante, y en ella debe enfocar su visión.
-Yo le llamaría fuente creadora universal del amor. Cuando estamos anexados con esta fuente, a la que le puedes llamar Dios, Buda, el nombre que le quieras poner, en ese momento nos conectamos con nuestra esencia, y al conectarnos con ella, como seres espirituales que somos, nos encontraremos con lo opuesto a la ansiedad que es el amor.
La ansiedad se cura con amor, porque donde hay amor, no hay inseguridad, donde hay amor no hay temor, donde hay amor no hay preocupación, ya no hay miedo, porque realmente en ese momento estamos abandonándonos, rindiéndonos, ante una fuerza mayor y superior a nosotros en la que confiamos.
Entonces en ese querer tener el control de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, de nuestros temores, vamos a tener una mejor actitud para poder enfrentar cualquier cosa que se nos presente.
Tomar la responsabilidad
—Psicóloga María Teresa, se dice que la gente está por salir de la contingencia, ¿Cuando la gente vuelva a la normalidad, cómo debe reaccionar ante todo esto que hemos pasado?
-Vamos a tomar en cuenta que la gente estuvo aislada, y que la información que recibió fue un poco contradictoria: ¿Qué se va a hacer con toda esa información? ¿Voy a enfrentar lo que me espera con miedo, o al salir voy a tomar una actitud responsable? El ser humano tiene muchos años trabajando con el sistema de la culpabilidad y la vulnerabilidad. De alguna manera queremos dar la responsabilidad al gobernador, o al presidente, o a otro país, y no es así, la responsabilidad la tenemos que tomar cada uno de nosotros. Ese sería un punto positivo para salir.
En las crisis crecemos
El otro sería no tener expectativas catastróficas, porque donde hay crisis el ser humano crece, así que no hay que tener expectativas negativas, sino que al contrario, debemos tomar una actitud de crecimiento. Uno mismo debe tener este acto de responsabilidad. Vamos a responsabilizarnos nosotros, en primer lugar de cuidarnos para no enfermarnos, cuidarnos en nuestros pensamientos, cuidarnos tomando las responsabilidades que nos sugieren las autoridades, el cubre-bocas, la sana distancia, la limpieza continua. Darnos cuenta de que no somos ya las mismas personas. Desde que inició esto de alguna manera hemos tenido una transformación interior, desde que se inició tomamos un retiro, como un apartado voluntario de cada uno de nosotros, responsabilizándonos de una distancia o apartado voluntario. Y entonces debemos darnos cuenta de todo lo que tenemos. Y esos espacios de silencio que tuvimos en casa, van a proyectar nuestro futuro hacia un nuevo cambio, en el cual muchas personas van a separarse, otras van a darse cuenta de que podemos vivir sin alcohol, otras nos damos cuenta de que es importante la comunicación entre todos los seres humanos, y nos damos cuenta de que la forma de valorar nuestros ingresos personales puede ser variada, incluyendo un poco de creatividad y flexibilidad mental. De hecho, esta experiencia de la contingencia nos ha traído un gran crecimiento humano que es lo que nos ha permitido enfrentar una situación como la que estamos viviendo.
La psicóloga María Teresa Cano Peña, quien es también angelóloga, imparte cursos o talleres de desarrollo humano y ofrece terapias en línea a todas las personas que necesiten apoyo psicológico o emocional. Teléfono: 9999 00 58 99, por Whatsapp. En junio va a dar un curso sobre cómo enfrentar una situación difícil o extrema y sacar de ella lo que sea favorable.
Agradecemos a la comunicadora cultural Alicia Oyoqui Ruiz el apoyo recibido para realizar esta entrevista.
(Roberto López Méndez)