TIZIMIN, Yucatán, 19 de mayo.- La contingencia sanitaria generada por la pandemia también ha traído consigo la fiebre de la gente por construir piscinas y chapoteaderos en sus casas, algunos trabajan en su edificación y otros contratan a quien lleve a cabo la mano de obra.
Numerosas personas en este tiempo en que se la pasan en sus viviendas se ocupan en construir dichas piscinas, casi pareciese que se ha convertido en una moda, ya que por doquier mucha gente comparte a través de las redes sociales que está edificando la suya.
Sin importar el estatus social desarrollan estas obras, algunos están iniciando con el escarbado de sus cimientos, mientras que otros pagan con sus ahorritos que tenían desde antes del inicio de la contingencia para que albañiles se ocupen de este trabajo.
El costo de la construcción de estas piscinas de alrededor de 2 por 2 metros redunda entre los 3 y 5 mil pesos las de tipo “pila” y rústicas, y hasta los 90 mil pesos aquellas de grandes dimensiones que cuentan con un acabado y un diseño atractivo.
Es importante recalcar que depende del albañil el precio al que oferta su trabajo, según el tamaño y la calidad; tal y como expuso Reyes Gamboa, quien indica que se propuso edificarla a raíz de que no puede salir de casa, respetando la contingencia y así refrescarse en su hogar durante esta temporada de calor.
Lo positivo es que ha contribuido a que los albañiles cuenten con trabajo durante esta contingencia y que las familias ocupen su tiempo de ocio para desarrollar trabajo en casa.
Pareciese que se ha convertido en una manía, pues cuando alguna persona le comparte a alguien que está construyendo su piscina, a la otra le entran esas ganas de tener la suya en casa y se las ingenian para empezar a construir.
(Luis Manuel Pech Sánchez)