Yucatán

La Ley Seca no sólo afecta a las personas que son alcohólicas, sino también a quienes consumen alcohol sin ser dependientes y, curiosamente, este grupo de personas es el que se ha vuelto más ansioso y más agresivo ahora en una especie de síndrome de supresión por alcohol sin los efectos fisiológicos, pero sí de tipo emocional, advirtieron ayer expertos consultados sobre el tema.

Expusieron que el problema se agrava por el confinamiento recomendado, una condición a la que no está preparado el ser humano, pero que ahora se ve obligado a hacerlo en atención a las disposiciones sanitarias dictadas por las autoridades.

Los especialistas consultados indicaron que en el caso de la prohibición en la venta de las bebidas por la Ley Seca se generan dos situaciones: las personas que tienen un problema relacionado con el uso y consumo de alcohol, y las personas que usan y consumen pero que no son alcohólicas.

Atención especializada

–Precisamente si hablamos de las personas que padecen alcoholismo, pues el tema de la Ley Seca es un tema que hay que considerar con mucha seriedad, porque inclusive, posiblemente podríamos estar teniendo pacientes que puedan estar sufriendo de algún síndrome por supresión de alcohol; este tipo de pacientes deberían ser atendidos desde un punto de vista clínico y no solo desde el punto de vista social y emocional, sino desde un punto de vista clínico hospitalario, señalaron.

Pero tenemos el otro factor que es un fenómeno social que también está sucediendo con la población que no padece de alcoholismo, pero que tiene el hábito de consumir alcohol de manera regular sin caer en una dependencia del alcohol.

Este tipo de pacientes –continuaron–, curiosamente es el que está manifestando la más baja tolerancia a la situación de la Ley Seca, y lo que en algún momento se pensó que pudo haber generado condiciones para evitar la violencia doméstica en los hogares, en este caso por uso y consumo de sustancias, ahorita la gente que no está consumiendo alcohol está más ansiosa, más agresiva y se vuelve más hostil, es una versión de un síndrome de supresión por alcohol, pero sin los efectos fisiológicos, pero sí con efectos de tipo emocional.

Adaptación a la realidad

El psicólogo clínico de los Servicios de Salud del Estado, Rusel Cámara Beltrán, dijo al respecto que a esa situación se le suma el encierro por la cuarentena, condición “a la que no estamos hechos para estar encerrados”.

Entonces –continuó–, nos estamos adaptando a esa realidad y el manejo emocional del encierro no es igual para todos; algunas personas pueden estar preparadas y tienen mayores recursos emocionales y de tipo de personalidad para poder llevar la situación y poder manejarla y poder mantener de forma saludable su estado emocional, pero no todas las personas están con las mismas habilidades personales o recursos emocionales para hacerlo.

Agregó que en ese sentido, si alguna persona siente la necesidad de requerir apoyo profesional sicológico, los Servicios de Salud de Yucatán disponen de una línea telefónicas de forma gratuita, así como también hay prestadores y clínicas privadas de servicio de psicología que ofrecen costos accesibles con terapias vía online.

Cámara Beltrán también labora en el Centro Médico Pensiones y en el Grupo Médico Progreso, además de ser parte del equipo de trabajo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, Sección 67.

(Rafael Mis Cobá)