Eliseo Martín Burgos
Charles Darwin no soportaba un discurso largo e insulso, prolijo y sin sentido claro, decía:
–Todo el mundo habla y escribe demasiado.
Un día se encontró con Thomas Carlyle en una reunión de amigos, donde el escritor participó y dijo:
–Habló tanto que nadie le entendió; habló dos horas seguidas sin parar, en defensa de qué creen, pues el silencio.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca