Restauranteros de Mérida solicitan a las autoridades de turismo y a directivos de la Cámara del ramo que difundan la ubicación de los establecimientos que recibieron la autorización para abrir sus puertas porque las ventas ahora son muy bajas, además de que muchas calles permanecen cerradas .
Durante un recorrido por restaurantes ubicados en el Centro Histórico y sus alrededores, se observó que muchos de los establecimientos comprendidos en la “primera ola” del plan de reapertura permanecen cerrados y los pocos que funcionan únicamente expenden alimentos para llevar.
Alberto Nacif, propietario del restaurante “Micaela Mar y Leña”, con más de quince años en el ramo, manifestó que jamás había vivido una experiencia tan difícil y complicada como la pandemia del COVID-19, que puso en jaque a los inversionistas de este sector.
“Mata restaurantes”
El entrevistado dijo que fue tanto el daño que les causó la pandemia que ya se la considera la “Mata restaurantes”, porque muchos establecimientos no volverán a abrir sus puertas y otros cambiarán de nombre para tratar de comenzar de cero.
De acuerdo con los testimonios, la crisis que provocó la contingencia fue muy dura porque la demanda de los servicios descendió entre el 80 y 90 por ciento, por lo que prácticamente se perdieron las esperanzas para consolidar proyectos.
Meses antes de la contingencia, la mayor parte de los restauranteros, motivados por la celebración del Tianguis Turístico, llenaron sus bodegas y adquirieron insumos para atender a los miles de visitantes que vendrían a Mérida atraídos por ese y otros eventos masivos.
Lamentablemente todos sus proyectos no sólo se esfumaron, sino que se quedaron con serios problemas de pago a sus proveedores, con los cuales tuvieron que negociar un acuerdo para devolver parte de la mercancía y pagar la otra parte con algunas facilidades.
Otros explicaron que no obstante la ayuda que recibieron de parte de los gobiernos estatal y municipal, así como de los empleados que aceptaron recibir menos sueldo, muchos no pudieron resistir la crisis y decidieron cerrar, en tanto que se duda que otros vuelvan a abrir sus puertas; el panorama actual no es nada halagüeño. De acuerdo con el Inegi, por cada empleo formal la industria del restaurante genera cuatro indirectos.
En el caso del restaurante “Micaela Mar y Leña” con capacidad para 183 personas, sólo le permiten tener un máximo de 46, pero desde el lunes que abrieron no acuden ni 20 personas, primero porque son pocos los turistas y éstos no saben qué negocios están funcionando, situación que se complica más con el cierre de calles del Centro Histórico.Sin embargo, si todo sale bien y funciona el plan de reapertura de la nueva normalidad, esperan que a partir de julio ya puedan abrir todos los restaurantes con miras a recuperarse.
Comida china
Por su parte, los comerciantes de comida china manifestaron que sus ventas descendieron en más del 80 por ciento y, por el cambio de paraderos de autobuses de transporte urbano, la gente ya casi no acude a esos establecimientos, que sólo venden para llevar.
Finalmente se observó que sí cumplen con el protocolo de sanidad, ya que cuentan con dispensadores de gel desinfectante, tapetes sanitizantes, termómetros, mesas a más de dos metros de distancia, aunque por ahora no atienden a clientes en piso.
Víctor Lara Martínez
Por Redacción Digital Por Esto!