Como si fuera un enorme bazar en plena calle, decenas de televisores, estufas, colchas, hamacas, refrigeradores, roperos, ropa y demás muebles, están apilados a las puertas de las humildes viviendas de la comisaría de Cepeda, municipio de Tekax, pero no como parte de una remesa en ventas, sino como productos ya inservibles para la basura debido a que todos resultaron dañados por el agua que entró en las casas la semana pasada y que en muchos sitios alcanzó una altura de hasta dos metros.
Los daños causados a esta comunidad por la tormenta tropical “Cristóbal” mantienen todavía hasta ayer incomunicados parcialmente a unas 12 comisarías de Tekax, donde habitan en conjunto alrededor de 20 mil personas, según explicó el tesorero municipal, Juan Ucán López.
Detalló que entre las comunidades que se encuentran en esas condiciones figuran: Becanchén, Ayim Blanca Flor, Nohalal, Pokobox, Santa Cruz Cutzá, Sudzal Chico, ubicados en la parte sureste del municipio, mientras que al suroeste, se encuentran Benito Juárez, San Salvador, San Isidro Mac-yan, Chan Dzinup, San Pedro Xtokil, San Felipe II y San Antonio Tuk.
Unos tres meses para que baje el agua
Con menores efectos, pero aún con necesidad de recibir auxilios primarios, están Cepeda Peraza, Alfonso Caso, Cantemó, Kankab y Canek.
De manera particular, para las comunidades donde el acceso todavía es muy difícil porque se mantiene el agua acumulada, el Ayuntamiento de Tekax les distribuye despensas, agua, artículos de higiene, leche y productos para bebés por medio de camiones.
Las autoridades municipales consideran que, para que el agua se seque en los lugares donde se mantienen áreas inundadas, tendrán que pasar unos tres meses más.
Reporteros de POR ESTO! visitaron ayer la comisaría de Cepeda, en la que observaron a las puertas de varias casas los muebles y demás enseres dañados por el agua que se acumuló en las casas.
–Fue como una pesadilla, nunca había sucedido algo así y de repente el agua comenzó a subir y a subir hasta que nos tuvimos salir de nuestras casas, manifestó al reportero doña Eloísa Chablé, de 81 años de edad, quien con bastón en la mano mostró en la pared de su casa de paja la altura donde llegó el agua, alrededor de metro y medio.
“Pensé que me iba a morir”
Dijo que ella vivía sola y tuvo que ser auxiliada para que la llevaran a casa de un familiar que vive a varias cuadras en una parte alta, donde no entró el agua hasta al interior de la casa.
–Sentí que se me subió la presión y pensé que me iba a morir, pero la salvé, comentó sonriente y de buen humor.
Mostró el ventilador que se mojó, lo mismo que sus sábanas, la leña que vende, su ropero y su refrigerador, así como las mazorcas de maíz que sacó el agua del lugar donde los guardaba.
Dijo que las 22 gallinas que tenía en su patio todas se murieron ahogadas.
A su vez, Alejandro Ek Chablé, con 53 años de edad y de oficio sastre, enseñó también sus muebles dañados, entre ellos tres máquinas de costura, que son sus herramientas de trabajo.
Relató que tuvo que utilizar una tina grande de plástico para poder trasladarse él y los demás miembros de su familia hasta la casa de un familiar, pues resultaba ya imposible transitar en las calles debido al rápido crecimiento del nivel de agua.
Sugirió a las autoridades que envíen técnicos a la localidad para que puedan evaluar si los electrodomésticos pueden tener reparación, ya que son aparatos caros que costó mucho esfuerzo a toda la gente comprarlos.
María Cremilda Kob Góngora y José González Keb explicaron también las afectaciones que sufrieron en sus bienes y comentaron que perdieron pavos y gallinas que estaban listas para vender y obtener ingresos para el sustento familiar.
De 60 pollos que criaba González Keb sólo pudo salvar a 4, ya que los demás perecieron ahogados.
Sin tiempo para salvar sus documentos
Por su parte, Carlos Uc Chablé, en cuya casa el agua llegó a casi dos metros de altura, no tuvo tiempo de sacar sus documentos personales, fotografías y otras pertenencias de importancia, lo que ocasionó que se mojaran con el riesgo de perderlos.
Ayer, los documentos los tenía sacados al sol para ver si podía recuperar algunos, entre ellos, actas de nacimientos, fotografías, certificados agrarios, constancias de estudios de sus hijos, por mencionar algunos.
Sus mesas de trabajo y algunas otras herramientas de carpintería son lo único que pudo llevar hasta la parte alta de su terreno para tratar de evitar que se quedaran bajo el agua.
En el recorrido por la comunidad se observaba también en las paredes exteriores de las casas las marcas que dejó el lodo, cuya altura superaba en varios casos el metro y medio de altura.
De igual forma, estacionado a las puertas de una vivienda, había un vehículo Tsuru cubierto de polvo y basura, luego del agua que lo cubrió por completo.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Tekax mantiene un centro de acopio en el Centro de Convenciones de la localidad, donde empresas, familias y personas solidarias siguen enviando ropa, alimentos y productos de higiene, cuya recepción, clasificación y envíos están a cargo del propio tesorero y de la síndico municipal Fabiola Sánchez Várguez; la secretaria municipal, Flora Margarita Campos, y la directora del DIF, Verónica Méndez.
(Rafael Mis Cobá)