Ellas hacen prácticamente de todo para vivir –venden el periódico POR ESTO!, ropa usada en buen estado en los tianguis, labores domésticas, etc.–; sin embargo, hace más de treses meses que se quedaron sin empleo .
La señora Leydi del Rosario Puc Uitz es una de las muchas mujeres que viven en la pobreza en un asentamiento irregular localizado entre la calle 60 entre 165 y 167, que colinda con San José III.
“Somos varias que trabajamos en el tianguis vendiendo ropa de medio uso, zapatos, de lo que nos regalan y de nosotras mismas que ya no usamos, ropa buena que no está echada a perder, pero con la contingencia están cerrados los tianguis, todas estamos en la misma situación; mi esposo es cargador en la Central de Abastos, entra a las tres de la mañana y pues diariamente tiene que pagar taxi, ahí se le va todo lo que gana; aquí todas las mujeres llevamos más de tres meses sin trabajar”, dijo.
Por su parte, doña María Isabel Moreno Gutiérrez y su hermana normalmente madrugan para vender el periódico, pero ahora para evitar contagiarse de COVID-19 ella no ha podido salir porque es diabética.
“Mi hermanita y yo salimos a las calles a las cinco de la mañana a vender el periódico, aunque ahorita con la pandemia sólo ella va porque yo soy diabética y tengo miedo que me contagie del virus; por eso mi hermanita me ayuda para que yo pueda comer, pero ya tengo tres meses que no he podido salir a trabajar”, señaló.
Unidas
A su vez, la señora María Teresa Hau Tun dijo que todas son muy unidas y se ayudan cuando alguien no tiene qué comer o bien cuando se les mete el agua a su casa, como sucedió la semana pasada.
“Es muy difícil, todas somos de escasos recursos, no teníamos dónde vivir, ya nos habían desalojado y este terreno no estaba habitado y caímos acá, y estamos luchando desde hace cinco años para que esto se nos quede; hay madres solteras, de la tercera edad, la mayoría están sin empleo; aquí son 29 viviendas en las que viven con sus papás 20 niños y entre todos nos apoyamos con asociaciones civiles, pero tenemos mucho miedo de que alguien pudiera llegar y nos quieran desalojar, aunque ésta es un área que se le donó al municipio hace 17 años y no hicieron nada; entonces nosotros esperamos que el Ayuntamiento nos dé una respuesta favorable; hay una ilusión, una esperanza de que venga el municipio y nos diga: bueno, como son muchas familias que viven en pobreza y hay niños ya pueden quedarse definitivamente”, expresó doña Tere.
Desempleado
Juan Gabriel Pérez Pérez, de oficio albañil, manifestó que no ha podido encontrar trabajo mientras los dejan entrar a la comisaría de Cholul; hasta ahora ni el ingeniero ha podido llegar a una obra iniciada por la oposición de los vecinos del lugar.
“No tengo empleo desde hace tres meses, vivo de lo poquito que me regalan; ahorita no permiten el paso a trabajar en Gran San Pedro Cholul, están cerradas las privadas, la gente no deja entrar a nadie, ellos autorizan el permiso a los vigilantes; mientras, vivo aquí en este predio irregular con mi esposa y mis tres hijos; a veces me siento desesperado porque en ocasiones no tenemos para comer, para darles a mis hijos; estoy triste porque el patrón tampoco nos da ningún apoyo desde que nos mandó a descanso hace tres meses; además fui a buscar otro trabajo mientras, pero no he encontrado y ahora que llovió se me inundó mi casita, nos fue horrible”, concluyó.
José Luis Díaz Pérez
Por Redacción Digital Por Esto!