Feligreses celebran el día de Corpus Christi
PROGRESO, Yucatán, 11 de junio.- Con los efectos de la pandemia que afectan a la humanidad, este jueves en misas cerradas y sin las tradicionales procesiones se llevó a cabo la celebración del día de Corpus Christi, o el Cuerpo de Cristo.
Celebración especial en la que se realza la presencia de Jesús en el sacramento de la eucaristía; estuvo a cargo de los Pbros. Alejandro Rubio Romero y Oscar Manuel Cetina Vega, de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y San Telmo y de la Purísima Concepción y de San José, respectivamente.
Aunque este año no se realizaron las procesiones debido a los efectos del COVID-19 por indicaciones sanitarias, se efectuaron en la parroquia de la Purísima Concepción y de San José y en la Capilla del Divino Niño, ubicada en la colonia Nueva Yucalpetén, en esta última debido a las condiciones climáticas.
En la celebración de Corpus Christi, donde se dio a conocer que se le dio el nombre de la “Fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo”, después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, y se celebra después de la octava de Pentecostés.
Los orígenes de la fiesta de Corpus Christi se remontan al siglo XI, cuando Berengario de Tours negó la presencia real de Cristo en la eucaristía.
De ahí que se acostumbra exponer el Santísimo en una custodia especial, elevar la hostia y el cáliz en la santa misa y visitar al Santísimo en el sagrario.
Se recordó que “la fiesta del Corpus Christi siempre conmemora, como reflexión meditativa, la Última Cena de Cristo y su muerte en el Gólgota”.
En la celebración de la misa podemos decir que las dos vocaciones están una frente a otra, en la adoración se hace visible la devoción recíproca de todo el pueblo de Dios.
También recordó que ningún cristiano “puede mantenerse en la presencia de Cristo Sacramentado más que en adoración” y subrayó que “comunión y adoración forman, pues, una unidad que no se puede romper”.
Este día entrar en comunión, comulgar con Cristo significa tener comunidad con Él; por este motivo, comunión y contemplación se encuentran mutuamente implicadas.
En la eucaristía no veneramos simplemente a Dios, en ella nos sale al encuentro la ofrenda sacrificial de la vida de Jesús y, en dicha ofrenda, el amor mismo, pero por el amor solo puede comprenderse amando.
La eucaristía es alimento de los peregrinos que se convierte en fuerza incluso para quien está cansado, extenuado y desorientado. Participando de la eucaristía, vivimos de modo extraordinario la oración que Jesús hizo y hace continuamente por cada uno de nosotros a fin de que el mal, que todos encontramos en la vida, no llegue a vencer y obre en nosotros la fuerza transformadora de la muerte y resurrección de Cristo, en la cual se realiza esta importante celebración para la Iglesia Católica.
Las misas se realizaron este jueves y fueron trasmitidas a través de las redes sociales de las parroquias ante las medidas de salud por el COVID-19.
(Julio Jiménez Mendoza)