Otro efecto de la pandemia
Propietarios de hostales ubicados en el Centro Histórico de Mérida y sus alrededores se preparan para reiniciar actividades el primero de julio, aunque otros lo harán un poco más tarde porque primero tendrán que reparar los daños causados por la tormenta tropical “Cristóbal”.
Los inversionistas manifestaron que, para poder operar nuevamente, tendrán que convertir las habitaciones compartidas en cuartos privados, porque ya no se les permitirá tener hasta ocho personas por habitación, como lo hacían antes de la suspensión de actividades por la presencia del COVID-19 en la Entidad.
Víctor Joaquín Coronado Pacheco, propietario del Hostal Catedral, ubicado en la calle 61 entre 58 y 60, informó que perdió cerca de medio millón de pesos por daños causados por la tormenta tropical que afectó al Estado, ya que por el agua se destruyó gran parte del mobiliario (camas, aires acondicionados, plafones del techo, etc.).
De hecho, cuando lo entrevistábamos recibió a un grupo de trabajadores que llegaron ayer para ocuparse de las reparaciones y reconversión de los cuartos.
Abren fronteras
Por su parte, Raúl Lucausi, del Hostal Nómadas, dijo que a partir del 15 de junio los países de Europa abrirán sus fronteras internas, pero está difícil que sus ciudadanos se desplacen a este continente porque ahora se habla de que el epicentro de la pandemia está precisamente en América Latina.
Resaltó que su hostal depende en gran medida de los turistas extranjeros que representan el 80 por ciento de sus clientes; de ese porcentaje, el 20% son asiáticos, canadienses, estadounidenses y latinoamericanos (brasileños, colombianos y argentinos), y un 60% europeos, principalmente ingleses, alemanes, franceses y de los Países Bajos.
Dijo que él vive en el hostal desde hace tres meses y que planea abrir el 1 de julio, porque ya tiene seis reservaciones de visitantes nacionales.
Préstamo, no regalo
Señaló que cerró el primero de abril, pero le pidieron mantener su nómina intacta, lo cual hizo al pagar a sus 21 empleados durante tres meses, gracias a que recibió un préstamo del gobierno estatal para soportar parte de esa la nómina; recalcó que no fue un regalo, sino un préstamo.
La otra ayuda estatal fue de la Japay que no le ha cobrado el agua, por lo que resaltó que durante los 90 días de suspensión de labores recibió apoyo del gobierno estatal y ninguno del federal; asimismo reconoció la solidaridad de los proveedores, que aceptaron diferir ciertos pagos, así como de amigos, arrendadores, universidades y colegios privados, lo mismo que de algunos bancos, etc.
Actualmente afronta una deuda de 600 mil pesos porque hubo que pagar la nómina y el FIDE y la CFE no dieron prórroga; por su parte, el Seguro Social y el Infonavit todavía no responden a su solicitud de diferimiento y hay que pagar los impuestos de enero, febrero y marzo.
En el perímetro del Centro Histórico operan alrededor de diez hostales, la mayoría de los cuales están cerrados, algunos están en venta y uno ha sido clausurado por violar la contingencia sanitaria. En total son 21 los hostales registrados en Invertur con un total de 237 habitaciones; estas empresas se rigen por las mismas políticas de los hoteles, lo que significa que tendrán que cumplir con los protocoles y operar a un máximo del 25 por ciento de su capacidad, cuando reciban la autorización para reanudar actividades.
Pequeños hoteles
El principal problema de un hostal es que los clientes se alojan en dormitorios compartidos; también se sientan juntos en comedores comunitarios para conocerse y consumir los alimentos; sin embargo, ante las circunstancias que privan en el Estado, tendrán que cambiar su sistema de operación y algunos se convertirán momentáneamente en pequeños hoteles que tendrán de tres a 20 habitaciones.
Finalmente debemos apuntar que uno de los atractivos de los hostales es que sus tarifas son muy bajas comparadas con las de los hoteles, ya que cobran de 150 a 350 pesos por noche, según los servicios que ofrecen y su ubicación.
(Víctor Lara Martínez)