PROGRESO, Yucatán, 12 de junio.- Se produjo el sensible fallecimiento del señor William Solís Franco, mejor conocido en la comunidad deportiva como “don Choyo”, figura indiscutible y creador de canteras de excelentes jugadores con su Club Cariocas, dando todo, sobre todo por los niños.
El Club de fútbol Cariocas que manejó en varias categorías, dejó un gran legado de lealtad y amor hacia el equipo de sus amores, de amor a la camiseta, de compromiso con sus niños, sus padres de familia y con toda la sociedad.
Hubo un tiempo que decidió retirarse de estos ámbitos, pero en ese entonces nació su primer nieto y, por amor a él, regresó a las sendas, reactivando todas las canteras de jugadores que ahora se descubren la cabeza para darle el más sentido adiós.
Todos los clubes de fútbol honran la memoria de quien fue el impulsor de muchas y muchas generaciones en el ámbito deportivo, promoviendo incansablemente sus valores.
Desde su tierna infancia jugó con un equipo de su colonia, al que se le conocía como la Banda del Camarón, por la esquina ubicada en la calle 29 x 94; además, “Choyo” jugó todos los deportes de la época y se despidió de este mundo a una avanzada edad.
Siempre caracterizado por ser amable, amistoso y unido, creó junto con otros destacados deportistas una asociación civil llamada Camarones para fomentar el deporte, pero nunca funcionó. Fue líder de la Asociación de Molineros y siempre será recordado atendiendo en su tortillería Los Camaroncitos, ubicada en la calle 114 x 37 y 39 de la colonia Vicente Guerrero.
Fue integrante de la primera generación del Club de fútbol Tiburones y siempre será recordado en sus partidos; en los pasados torneos de verano, empezó a jugar su pasión, el fútbol, con la Selección Saborin, a la tierna edad de 13 a 14 años, en el campo Hidalgo.
Los servicios funerarios estuvieron a cargo de la Funeraria Reyes Rodríguez; estuvieron recibiendo las más sinceras condolencias su viuda Aylín Trujillo Peón, su hijo William –que jugó como portero con Cariocas y se espera que siga fomentando el deporte, como dejó de legado su padre– y sus hijas Aylín y Paulina Solís Trujillo.
Hoy su familia está de luto, los deportistas están de luto, sus Cariocas también. Descanse en paz “don Choyo”.
(Alfredo Canto May)