Ya se perdieron 20 mil de 76 mil empleos en el sector
Empresarios del ramo restaurantero piden al Gobernador del Estado que se les permita abrir sábados y domingos y operar al cincuenta por ciento de su capacidad a fin de evitar el cierre de más empresas y pérdida de empleos, informó ayer Roberto G. Cantón Barros, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Restaurante y Alimentos Condimentados (Canirac).
A través de una videoconferencia, el dirigente resaltó que en Mérida de los aproximadamente 16 mil restaurantes, que daban empleo a unas 76 mil personas, unos cuatro mil ya cerraron de manera definitiva y dejaron sin empleo a unas 20 mil personas; se teme que esa cifra aumente si no se modifican las condiciones para operar.
En el marco de la contingencia sanitaria, a los restaurantes sólo se les permite operar al 25 por ciento de su capacidad instalada y abrir de lunes a viernes, condiciones que, según la Canirac, lejos de reactivar la economía de ese sector está llevando a la quiebra a muchos negocios debido a las bajas ventas y al elevado costo de inversión, especialmente de insumos que requieren para sanitizar sus establecimientos como son cubrebocas, máscaras, tapetes desinfectantes, así como el pago de empleados y otros gastos de administración, fiscal, contable, etc.
Destacó que el restaurantero es uno de los sectores más regulados por los tres niveles de gobierno para poder operar; señaló que con el semáforo en color naranja, en la primera ola abrió el 45 por ciento de las unidades, es decir, unas 7,200 que dan empleo a unas 34 mil personas.
Protocolo sanitario
Explicó que hay un protocolo sanitario de más de 35 páginas que cumplen los restauranteros que han reabierto; abarca tanto la entrada de empleados como de clientes, incluso hay una persona encargada de supervisar el cabal cumplimiento de las normas.
Recalcó que, en este segmento, se gastan miles de pesos; como ejemplo citó que un tapete sanitizante cuesta alrededor de 500 pesos y el gasto depende del número de entradas de cada negocio; un termómetro de rayo láser para medir la temperatura a distancia vale mil 200 pesos; a lo anterior, hay que agregar el costo del clorhidrato de sodio para los tapetes y dispensario para el gel desinfectante, gastos fijos que impactan la economía de los empresarios del ramo.
Insistió en que los restaurantes no pueden operar sólo de lunes a viernes y con venta de alimentos únicamente para llevar, porque eso implica poner en marcha toda la maquinaria y capital humano que cuestan mucho, lo que contrasta con el bajo nivel de ventas; esta circunstancia obliga a muchos a cerrar al no poder hacer frente a los altos costos de operación.
Los empresarios del ramo piden a las autoridades les permitan laborar sábados y domingos, especialmente el próximo domingo, cuando se celebrará el Día del Padre, fecha en la que esperan recuperar algo del terreno perdido.
Reiteró que, durante la primera semana que les permitieron abrir, las ventas fueron muy bajas y la mejor manera de alentarlas sería que operaran toda la semana.
No hay contaminación
También se informó que en los restaurantes es muy bajo el riesgo de que una persona se contagie del virus del COVID por las medidas de sanidad que se aplican, y sobre todo porque se procura que entre mesa y mesa exista una sana distancia; por otra parte, debido a las condiciones del tiempo, muchos no pueden vender sus alimentos al aire libre, como se hace en la mayoría de los países de Europa.
De ahí la urgencia de que se abran los restaurantes los fines de semana para que la gente pueda saber que ya están abiertos y visitarlos cualquier día.
Finalmente se comentó que el alcalde de Progreso ha dicho que es posible que para las vacaciones de verano los restaurantes de la zona costera estén operando normalmente, aunque todo depende del plan estatal de reapertura.
(Víctor Lara Martínez)