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Yucatán

Ayer comenzó oficialmente la temporada 2020

Con una fortalecida cultura de la prevención fomentada a lo largo de tres décadas a raíz de los estragos causados por el huracán “Gilberto” en 1988, los yucatecos y Protección Civil esperan al menos 16 ciclones tropicales.

De ese total pronosticado para esta temporada, que inició ayer 1 de junio, ocho podrían convertirse en huracanes y al menos cuatro serían de gran magnitud.

Por primera vez en la historia, las acciones de prevención adquieren mayor relevancia porque, al mismo tiempo, la población se encuentra en un período de contingencia sanitaria obligada por la presencia del coronavirus COVID-19.

En ese sentido, el impacto de algún poderoso huracán en los próximos días provocaría complicaciones y riesgos de contagio por la evacuación y traslado masivo a los albergues de familias que habitan en comunidades costeras y cercanas a ellas.

De acuerdo con información proporcionada por las autoridades de Protección Civil, en los 106 municipios del Estado ya se habilitaron los respectivos albergues temporales, con el detalle de que Mérida cuenta con 68 refugios, de los que 18 se encuentran en colonias de la ciudad con capacidad para atender a dos mil 940 personas, y 50 en comisarías para dar albergue a otras tres mil 362 personas.

Temporada intensa

Yucatán se encuentra en una zona geográfica del mapa mundial con alto riesgo de ser impactado por un huracán al localizarse entre las regiones ciclo-genéticas del océano Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México.

El pronóstico emitido el pasado 2 de abril por la Universidad de Colorado, Estados Unidos, indica que la cuenca del Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México tendrá una temporada por encima del promedio histórico, es decir, 16 contra 12 del promedio registrado.

Vale la pena mencionar que, en mayo pasado, se formaron anticipadamente a la temporada los ciclones tropicales “Arhur” y “Bertha” en el Atlántico Norte, que alcanzaron la categoría de tormenta tropical.

Clasificaciones y categorías

Año con año, durante los seis meses que dura la temporada de ciclones del océano Atlántico, que abarca oficialmente del 1 de junio al 30 de noviembre, se forman un promedio de 12 ciclones tropicales que alcanzan diversas intensidades y siguen múltiples trayectorias, algunas de ellas muy cercanas al Estado.

Los ciclones tropicales son fenómenos naturales, con vientos fuertes que rotan en sentido contrario a las manecillas del reloj y originan lluvias intensas e incrementan la altura del oleaje. Estos sistemas de tormenta exigen, al menos, dos requisitos básicos para su formación e intensificación: calor y humedad; como consecuencia, sólo se desarrollan en los trópicos, entre las latitudes 5° y 30° Norte y Sur, en las regiones y temporadas en que la temperatura del mar es superior a los 26° C.

Cuando estos sistemas tropicales tocan tierra, especialmente a nivel continental, pueden disminuir su velocidad y generar intensas e inesperadas precipitaciones de lluvias. Sin embargo, causan niveles destructivos en las poblaciones costeras y, en ocasiones, pérdidas humanas.

De acuerdo con la velocidad de viento que registren en su evolución, los ciclones tropicales se clasifican de la siguiente manera:

Depresión tropical, con vientos cuya velocidad máxima a nivel del mar es menor de 64 km/h.

Tormenta tropical, con vientos que oscilan entre los 64 a 118 km/h.

Huracán: Vientos mayores a 118 km/h.

Asimismo, para calcular la intensidad y posibles daños de los huracanes se utiliza la escala de intensidad de viento y oleaje “Saffir-Simpson”:

Categoría 1.- de 119 a 153 km/h.

Categoría 2.- de 154 a 177 km/h.

Categoría 3.- de 178 a 208 km/h.

Categoría 4.- de 209 a 251 km/h.

Categoría 5.- de 252 km o más.

Los más devastadores

Los huracanes tienen distintos nombres según la zona o la región en la que se producen. En el Caribe se le llama “ciclón tropical”, en el océano Indico y mar de Japón “tifón”, en Filipinas “baguío” y en Australia “willy-willy”.

Entre los huracanes más devastadores que han pasado por México figuran: “Gilberto”, en septiembre de 1988, que llegó alcanzar 295 km/h; “Dean”, en agosto del 2007, con 280 km/h; “Wilma”, en octubre del 2005, con 295 km/h; “Emily”, julio 2005, con hasta 215 km/h; “Katrina”, agosto 2005, con 250 km/h; “Isidoro”, septiembre 2002, 205 km/h; “Tico”, octubre de 1983, 215 km/h, por mencionar los principales. “Gilberto” e “Isidoro” son los que más daños materiales y económicos provocaron en Yucatán.

Según el Departamento de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Gobierno de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), desde el año 1851 al 2020 (con corte al 31 de mayo), se formaron 1,576 ciclones tropicales nominados, es decir, con intensidad de tormenta tropical o mayor.

Los huracanes más poderosos han sido “Camille” (1969) y “Allen” (1980), considerando los vientos máximos sostenidos de 324 y 305 km/h., respectivamente.

Para hacer frente a estos fenómenos meteorológicos, la Coordinación Estatal de Protección Civil mantiene la estructura del “Programa Especial de Ciclones Tropicales” que documenta las acciones de prevención, auxilio y recuperación previstas para su implementación de manera coordinada entre los tres órdenes de gobierno y los sectores privado y social.

El titular de la dependencia, Enrique Alcocer Basto, subrayó que el Gobierno del Estado asume la rectoría de la gestión integral del riesgo generado por los ciclones con la prioridad de salvaguardar la vida humana y mediante la organización de un sistema de monitoreo, alertamiento y resguardo de la población, así como la pronta respuesta para prestar el auxilio inmediato a quienes resulten afectados en su persona o sus bienes.

Acciones y alertas

Resaltó que, para garantizar la correcta operación del programa, se han realizado diversas acciones, entre las que destacan: la instalación del Consejo Estatal de Protección Civil; el establecimiento del Centro Estatal de Monitoreo y Alertamiento (CEMA); la emisión de productos con información meteorológica y recomendaciones a la población; el fortalecimiento de la difusión de medidas de prevención a través de medios masivos de comunicación y redes sociales; la conformación de un fondo y un fideicomiso de emergencia; la implementación de una reserva estratégica; la red de refugios temporales y el fomento de los sistemas municipales de protección civil mediante la asesoría y el acompañamiento a los Ayuntamientos.

El objetivo es establecer las acciones de Prevención, Respuesta y Recuperación del Gobierno del Estado en coordinación con otras instancias de carácter federal, estatal y municipal, así como organizar la ejecución de los protocolos de emergencia necesarios para afrontar la amenaza o impacto de un ciclón tropical.

Para tal efecto, cuando se detecta un ciclón tropical con posibilidad de afectar al Estado se emiten las siguientes alertas a la población:

ALERTA AZUL (Peligro mínimo).

Mantente pendiente de los medios de comunicación y sigue atentamente las indicaciones que emitan las autoridades correspondientes. Infórmate de las fases del semáforo de alerta temprana que maneja la autoridad.

ALERTA VERDE (Peligro bajo).

Elabora un plan familiar de protección civil.

Elabora un directorio de los servicios de emergencias y tenlo a mano para su consulta.

Prepara las siguientes provisiones para una semana: agua, comida enlatada, botiquín, radio, linternas, baterías extra, artículos sanitarios como jabón, papel de baño, pasta dental, etc.

ALERTA AMARILLA (Peligro moderado).

Si te encuentras en la costa retírate tierra adentro.

Ten a la mano implementos y herramientas para reforzar tu casa.

Guarda en una bolsa de plástico documentos importantes o de valor.

Si decidiste trasladarte a un lugar seguro, prepara un equipaje ligero, manta gruesa, mudas de ropa, zapatos, alimento y agua.

Ubica tu refugio más cercano.

Máximo peligro

ALERTA NARANJA (Peligro alto).

Asegura puertas y ventanas con cinta adhesiva o con paños de madera.

Fija y amarra todo lo que deba quedarse a la intemperie. Guarda objetos sueltos, retira antenas, anuncios en bandera y espectaculares.

Cierra las llaves de gas y asegura los tanques.

Resguarda a tus animales.

Si decidiste trasladarte a un lugar más seguro ¡Hazlo!

Si te encuentras en la costa y no cuentas con medio de transporte, utiliza los autobuses que el Gobierno del Estado dispone para la evacuación.

ALERTA ROJA (Peligro máximo).

Conserva la calma.

Escucha la radio para obtener información y/o instrucciones.

Reúnete con la familia en el lugar más seguro del inmueble, lejos de puertas y ventanas, si el viento las abre no avances hacia ellas de forma frontal.

Desconecta aparatos eléctricos.

No salgas hasta que las autoridades avisen que ya pasó el peligro.

No te retires de los refugios temporales hasta que las autoridades lo determinen.

Colabora para limpiar y reparar daños.

Desaloja el agua estancada para evitar plagas y cubre con cal animales muertos.

Cuida que el agua y los alimentos estén en buen estado.

No conectes aparatos eléctricos mojados.

Mantente informado de lo que digan las autoridades.

Recomendaciones a productores

A su vez, la Secretaría de Desarrollo Rural del Estado ha dispuesto también las siguientes recomendaciones para productores y pescadores antes de un huracán.

Productores avícolas

Asegurar los contravientos de las cortinas de las unidades de producción, evitar el amontonamiento de aves, realizar divisiones internas en las casetas, asegurar las láminas de las casetas con sogas de plástico, llenar los tinacos con agua, cubrir el alimento y colocarlo en tarimas como medida de protección contra el agua, verificar que los equipos de emergencia estén en buenas condiciones y mantener una reserva de combustible.

Productores porcícolas

Asegurar las láminas de las casetas con sogas de plástico, cubrir el alimento y colocarlo en tarimas como medida de protección contra el agua, llenar los tinacos con agua, verificar que los equipos de emergencia estén en buenas condiciones y mantener una reserva de combustible.

Productores apícolas

Cortar los árboles o ramas que estén encima de las colonias de abejas, asegurar las colmenas de abejas con sogas, reubicar las colonias de abejas en sitios altos.

Productores agrícolas

Cosechar todo lo posible y embodegar y apilar lo recolectado en una parte alta o sobre una tarima, empaquetar los insumos en bolsas y resguardarlos en un lugar seguro. Deberán de estar en un lugar alejado de alimentos por tratarse de químicos, si tiene invernadero o casa sombra, retirar la malla para permitir la libre circulación de aire.

Productores ganaderos

Dejar pastando el ganado, de preferencia en potreros o áreas altas para evitar la presencia de enfermedades, bajar veletas. En caso de que no se pueda hacer, liberar la hélice, asegurar instalaciones y equipos como tinglados, tanques de agua, silos metálicos, etc., resguardar equipos de comunicación, paneles solares, motobombas, picadoras, etc., podar árboles frondosos cercanos a instalaciones o cables de energía eléctrica y caminos de acceso, principalmente, verificar que los motores de combustión interna de las unidades de producción estén en condiciones aptas para el buen funcionamiento.

Pescadores

Asegurar sus embarcaciones en las áreas mejor protegidas del puerto y, de ser posible, ponerlas en tierra adentro, si tiene motor fuera de borda, llevarlo a un lugar seguro y colocarlo en un sitio elevado por si hay inundaciones por efecto de las lluvias o mareas, tener en la mano papeles personales y documentos legales protegidos en bolsas de plástico para llevarlos consigo en caso de evacuación, estar pendiente de los boletines meteorológicos y de los avisos de las autoridades civiles y militares en caso de evacuación, identificar con tiempo los transportes y rutas de evacuación, así como los refugios donde permanecería durante el paso del meteoro, movilizar a sus familias con tiempo.

En todos los casos se recomienda contar con radio y linternas de batería, desconectar todos los sistemas eléctricos y cerrar los tanques de gas.

Nombres de huracanes

En 1953 se comenzó a ponerle nombre a los huracanes con las características actuales, aunque desde antes se les bautizaba con el nombre del santo del día que tenía el lugar donde se hallaban. Para 1953 el meteorólogo australiano Clement Wragge fue el primero en darles un nombre propio basado en el alfabeto latino.

El objetivo para designarlos de esta forma fue para que la población los recordara más fácilmente y estuviera atenta de las alertas. En la actualidad los listados de nombres se encuentran en la Organización Meteorológica Mundial con sede en Ginebra.

Cuando un huracán ha sido devastador y mortífero, como el caso de “Katrina”, que en el 2005 dejó más de dos mil muertos a su paso por Nueva Orleans, Estados Unidos, el nombre ya no vuelve a ser enlistado en el futuro.

Finalmente y no menos importante la zona del Caribe, que incluye el Estado Libre Asociado de Puerto Rico y las Islas Vírgenes Americanas.

¿Cuándo inicia la temporada de huracanes 2020 y cómo prepararse?

Según estudios del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado, para este año 2020 existe posibilidad de que se creen al menos 16 tormentas tropicales, de las cuales ocho se convertirán en huracanes y al menos cuatro serán de gran magnitud.

Estos son algunos nombres de tormentas tropicales y huracanes para la temporada 2020, según la Organización Meteorológica Mundial, que es el organismo encargado de identificar a estos eventos naturales; se alternan nombres de hombres y mujeres.

Los nombres designados este año para el Golfo de México, Atlántico y Mar Caribe son: Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay, Gonzalo, Hanna, Isaías, Josephine, Kyle, Laura, Marco, Nana, Omar, Paulette, Rene, Sally, Teddy y Vicky.

(Rafael Mis Cobá)

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