TAMANCHÉ, comisaría de Mérida, 18 de junio.– Como le amputaron los dos pies, don Felipe Santiago Muñoz Martínez se mueve ahora en una silla de ruedas.
Este hombre de 70 años vive solo en una humilde y antigua vivienda y se gana el sustento con la venta de POR ESTO! en su pueblo Tamanché, al Norte de la ciudad.
En entrevista con este matutino, dijo que hay ocasiones en que sufre y se quisiera quitar la vida.
“Nunca me casé ni tuve hijos y en las noches sufro, lloro porque entro en depresión y quisiera mejor morirme, pero de día me salgo a la calle a vender el periódico POR ESTO!, la gente me saluda y se sientan a platicar conmigo y ya se me pasa la tristeza, pero sí me siento muy solo”, confiesa.
Cuenta que cuando era pescador y salía a altamar cocinaba para decenas de compañeros, pero debido a que se le infectó el pie izquierdo se lo amputaron y después hicieron lo mismo con el derecho.
Fue pescador 32 años
“Fui pescador 32 años de mi vida, yo cocinaba para 20 personas, salíamos en un barco mediano y durábamos mínimo 18 días, pero en tiempo de pulpo nos traíamos hasta 12 toneladas; sin embargo, se me ampolló mi pie izquierdo con la babaza del pulpo y por eso se me echó a perder mi pie izquierdo; no le di importancia, pero después se me agravó y mis compañeros me llevaron a un hospital porque también se me alteró el azúcar y me lo cortaron en el 2018; me cortaron el derecho un año después”, señaló.
Dijo que depende de su silla de ruedas para salir a las calles del pueblo para vender el periódico.
“Salgo a ganar un poco de dinero vendiendo el POR ESTO!, aquí la gente me lo compra porque se enteran de todas las noticias y porque saben que, de esa manera, yo gano unos centavos para comer”, dijo don Felipe Santiago.
Casa en ruinas
Su casa se está desmoronando y cuando llueve el agua se filtra por todos lados.
“Aquí vivo, esta casita me la dejó mi papá en paz descanse, creo que tiene de construida más de un siglo, pero poco a poco se está cayendo por falta de mantenimiento, pero no tengo dinero para repararla; yo vivo solo porque nunca me casé ni tuve hijos, sólo tengo cuatro hermanos que me vienen a ver y platican conmigo”, dice.
Por su parte, doña Miriam Mesa va a ver a don Felipe para comprar un ejemplar de POR ESTO!
“Yo no tengo tiempo para ver la televisión o escuchar el radio, mejor compro el periódico y lo leo con calma y me entero de cómo están las cosas de difíciles con la enfermedad del coronavirus, pero también lo hago para que Felipe se ayude; él está viviendo una situación muy triste, vive solito; antes sus amigos se lo llevaban al béisbol para que se distrajera, pero ahorita ya no hay deportes por la pandemia; entonces se queda solo, aunque a veces lo vienen a ver sus hermanos, pero también se mueve en su silla de ruedas; yo le pregunté el otro día por qué sonaba su silla y me enseñó que de un lado es el puro rin, no tiene llanta, pero a él le gusta salir a vender el periódico; ojalá que el presidente municipal le ayude con una silla nueva o que le regalen una despensa cada semana porque él sabe cocinar, él se prepara sus alimentos”, manifestó.
Otra de las clientas de don Felipe es la señora Celestina Tut Córdova, que también es su vecina.
“Yo diariamente trato de venir por mi periódico, pero si por cualquier cosa estoy ocupada viene mi esposo, pero siempre que paso por aquí le pregunto si se le ofrece algo para traérselo de la tienda o le regalo algo de dinero para que él se lo compre”, finalizó.
(José Luis Díaz Pérez)