Casa de humilde matrimonio se cae a pedazos
TAMANCHÉ, comisaría de Mérida, 23 de junio.– Un humilde matrimonio de la tercera edad ve con tristeza cómo su vivienda se cae a pedazos, debido a la humedad que a través del tiempo en temporada de lluvias o huracanes afloja el material de concreto, sin que la pensión del varón alcance más que para alimentarse, pagar la luz y el agua, dijeron al POR ESTO!
La señora Celestina Tut Córdova dice que no duerme por miedo a que un día su casa se venga abajo por el reblandecimiento de su estructura.
“Yo padezco de ansiedad, de depresión y tengo miedo a los huracanes porque la casa donde vivo con mi esposo está muy mal; me dijo un arquitecto que con cien mil o 150 mil pesos se puede reparar, pero ¿de dónde agarramos ese dinero, si somos pobres?, la casa tiene huecos en las paredes, no duermo en las noches porque me da miedo que se nos caiga encima”, dijo doña Celestina.
Agregó que ahora con el paso de Cristóbal el agua rebasaba el metro de altura y todo el día sacaban el agua con su esposo, no había tiempo de descansar pues tampoco dejaba de llover.
Una herencia
“Fueron muchos días los que llovió ahora que pasó la tormenta tropical Cristóbal y el agua se nos metía de la calle y no podíamos, todo el día con mi esposo sacábamos y sacábamos el agua que alcanzó más de un metro de altura, fue terrible y hasta el día de hoy se ve la humedad, por todos lados se filtró, se está desmoronando, se está cayendo a pedazos”, insistió.
Esta humilde mujer dijo que su casa fue una herencia que le dejó su padre, por lo consiguiente ya tiene más de un siglo de construida.
“Mi papá murió de 86 años, él me dejó la casa que ahorita ya tiene más de un siglo que la construyeron, de hecho aquí era una bodega de henequén, aquí se hacían las pacas cuando el patrón le dijo que se quedara a vivir aquí, porque antes mi padre vivía en una casita de cartón y paja”, señaló.
Coincidió con su esposo, Felipe Santiago Pacheco Suárez, que en las noches temen que con una fuerte lluvia queden atrapados bajo los escombros.
Hasta culebras
“Yo sí tengo mucho miedo –dice la mujer ya de la tercera edad, quien suelta el llanto–, también han entrado culebras, hace poco había una debajo de mis pies, pero afortunadamente la vi y sin moverme se fue lentamente, por eso ahorita que es temporada de huracanes me da miedo porque antes esta casita era de tejas, cuando se la dieron a mi papá, pero cuando la techaron hace como 15 años se las llevaron, dicen que le falta sellador a las bardas y al techo para que no se meta el agua”, mencionaron.
Don Felipe trabajó en el agua potable, pero lo que le dan apenas les alcanza para alimentarse y para pagar la luz y el agua.
“Para comer y pagar los servicios de luz y agua sí nos alcanza con mi pensión, pero ya para reparar la casa definitivamente no, por eso cada vez que llueve se nos mete el agua por todos lados, ojalá que nos ayudaran con material para arreglarla y que se rescate, que no se nos vaya a caer, vemos que hay programas pero aquí no nos ha tocado que alguien nos visite”, concluyó don Felipe.
(José Luis Díaz Pérez)