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Yucatán

Cierre de campos deportivos afecta la economía

PROGRESO, Yucatán, 3 de junio.- “Si no estuviera viviendo esta contingencia sanitaria del COVID-19, hoy estaría arreglando el terreno de juego del campo Hidalgo y preparándome para anotar o ampayar, según el caso. Sabemos que tenemos que respetar y realizar el confinamiento social por el COVID-19, con el consabido cierre de los campos deportivos, y esto repercute sobre todo en la economía, porque los domingos era el día para ganarse unos pesos extras”, informó Alberto Herrera Basto “Maquech”, de 67 años, que fue entrevistado en el campo Hidalgo; actualmente está a cargo del mantenimiento de la catedral del béisbol porteño.

“Si no estuviéramos en pleno confinamiento social, mi día normal los domingos era levantarme temprano y ver en qué condiciones amaneció el terreno de juego. Ver si no había charcos de agua para secarlo, sacando todas las herramientas para arreglar el montículo, la segunda base, el pentágono, la caja de bateo y terminando aproximadamente a las 11:00 horas.

”Eso sí, debo rectificar las medidas del terreno de juego y volver a remarcar con cal, dependiendo de qué partidos se jugarán, ya que varía: infantil, sóftbol o béisbol, categoría libre, y existe ahora hasta modificado. Al tener listo el terreno de juego, donde los partidos, por ejemplo, dominicales en libre, primera y segunda fuerza, empiezan desde las 13:00 horas y es cuando me avisan si necesitan que anote o ampayee. En el caso de lo segundo, me voy a cambiar de vestuario y pongo todo el equipo de protección, donde los precios de mis servicios son módicos y trato de ayudar a los equipos siempre, nunca me gusta abusar, además me dan una gratificación por la repintada.

”Ahora lo resiento en esta contingencia, donde fui pitcher en mis años mozos, al final me volví hombre orquesta, al grado que ampayeo, soy anotador oficial, arreglo el campo y ayudo a los jóvenes pitcheres en sus inicios dando consejos, incluso hasta tuve un pupilo. Estos extras se dejaron de dar desde hace 3 meses por el COVID-19, en que cerraron los campos, se puso de inmediato avisos, siguiendo las órdenes del Ayuntamiento. Ahora, como se puede observar, el terreno de juego del campo Hidalgo está casi seco, a pesar de los dos días de lluvia torrencial que cayeron en el puerto, muchas personas se imaginan que está inundado, solo se nota un pequeño charco en primera base. Esto es debido a que tengo una experiencia de 40 años en estos menesteres, estuve 35 años en el campo de la Termoeléctrica, que sí está inundada, y 5 años ya en esta catedral del béisbol”.

(Texto y foto: Alfredo Canto May)

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