El pozo no sólo es un símbolo para los que aún viven en comunidades donde no cuentan con agua potable o que beben agua de esta excavación por costumbre, sino que también la palabra pozo forma parte de una lista de frases populares.
“El muerto al pozo y el vivo al gozo”: se usa para expresar que no se debe exagerar el duelo por la pérdida de una persona, y que se debe actuar pensando más en el beneficio de los que todavía están vivos y no en aquellos que ya no lo están.
“Mi gozo en un pozo”: decepción, ilusiones frustradas,.
“¡Me voy a tirar a un pozo!”: desesperación, decisión alocada.
“Estás en el pozo”: estar mal.
“Y si fulanito (una persona cualquiera) se tira al pozo, ¿también te vas a tirar?”: se usa para preguntar o criticar a alguien su imitación de las acciones de los otros, su comportamiento irracional.
“Es un pozo sin fondo”: es referido a alguien o algo que consume recursos sin parar.
Sin embargo, también el pozo original o artesanal, que sirve para obtener agua y que era utilizado desde la era primitiva, se materializa no sólo por su funcionalidad y utilidad, sino también representando el lugar de las aguas vivas.
Esos pozos el día de hoy lucen tanto en el interior como en el exterior de las viviendas de las comunidades indígenas mayas, pero también en las plazas principales o parques que adornan y resaltan la belleza de los pueblos yucatecos.
Fotoreportaje José Luis Díaz Pérez