Los taxistas de Mérida enfrentan una difícil situación, pues con la pandemia de COVID-19 y las restricciones que se les han impuesto, el pasaje se ha reducido en más del 70 por ciento, no hay ingresos suficientes y, además, deben cumplir con las nuevas disposiciones que aprobaron en el Congreso del Estado de contar con sistemas de alarma y de rastreo satelital.
De acuerdo con taxistas entrevistados, el principal problema que hoy enfrentan es la restricción que se impuso con la pandemia de que sólo pueden llevar un pasajero por vehículo, lo que les ha pegado duro, pero además consideran que es un absurdo porque mientras hay vigilancia estricta sobre ellos, los autobuses del transporte público y los paraderos siguen atestados de gente.
Pedro López May, taxista de la Central de Taxis del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV), expuso que esta situación los ha golpeado duro, tanto que en su caso incluso entró en depresión porque durante varios días no tuvo ingresos.
“Nos ha afectado muy fuerte. Yo entré en crisis hace como dos meses porque durante 5 días seguidos no gané nada, no tuve pasaje, y además de eso tenemos el temor todo el tiempo de este virus, pero tenemos que salir a trabajar; en el caso de nosotros son ya dos compañeros que fallecen”, expuso.
Venden comida
Añadió que muchos compañeros chafiretes incluso están llevando a cabo otras actividades, como vender comida para poder sobrevivir.
“Hay muchos compañeros que están vendiendo comida: panuchos, kibis, mondongo. Como son compañeros nos lo ofrecen y les compramos. Hay también otro compañero que está vendiendo cochinita pibil”, dijo.
Expuso que ya son casi 4 meses de esta situación que no se ve para cuándo se remediará y, en el caso de los taxistas, lo que más les ha afectado es que sólo pueden subir una persona de pasaje, lo cual ha generado bajas de más del 70 por ciento.
“Además creo que está mal, porque a nosotros nos vigilan y hasta te pueden multar por llevar más de una persona, pero los camiones van llenos e igual están los paraderos. Hay gente que no quiere correr riesgos y prefiere tomar un taxi para no subirse al camión, pero no podemos llevarlos porque son dos”, expuso.
Agregó que para colmo está la situación, pues una pareja no puede pagar 2 taxis, pero además a veces la medida no tiene sentido porque no permiten, por ejemplo, que viajen dos personas, aunque sea un padre o madre con su hijo que es menor.
Pura necedad
“Sólo nos permiten cargar a dos si se trata de consultas médicas, pero a veces es absurdo porque viene la persona con su hijo que es menor, de 14 ó 15 años, pero no podemos subirlo porque los inspectores de la Dirección de Transporte están vigilando, pero es una necedad porque ni modo que el papá o mamá manden a su hijo solo en otro taxi, no tiene lógica”, agregó.
Expuso que, además, ya se observa cierto número de turistas que han llegado, pero llegan en pareja y no se les puede dar un servicio porque eso les crearía problemas.
“Ayer perdí un paseo por la ciudad, de una pareja de turistas que me pidió que los paseara por Mérida, pero les tuve que decir que está muy restringido y que no era posible”, comentó.
“La Dirección de Transporte está acechando todo el tiempo, como si fuéramos delincuentes, cuando sólo queremos trabajar y en mi caso traigo sanitizante y cada que baja un pasajero lo rocío en el auto, además tengo gel antibacterial, traigo mi mascarilla, cubrebocas y mañana me van a colocar una mampara de acrílico”, expuso.
Complicado
En este escenario, dijo que resulta complicado cumplir con las nuevas disposiciones que se establecieron en la Ley de Transporte por parte de los diputados, que obliga a los taxistas a contar con sistema GPS y sistema de alarma para conductor y para los usuarios.
“Que nos digan con qué dinero vamos a hacer todo eso, porque no son sistemas baratos. Y aunque hayan dado un año para que se cumpla, todo este tema de la pandemia no se ve para cuándo termine. Por eso creo que mejor debería haber más flexibilidad y podamos cargar al menos dos pasajeros”, dijo.
Emilio Andrade Dorantes, también integrante de la Central de Taxis del FUTV, dijo que la situación es adversa porque no hay pasaje.
“Fíjate, ahora estamos acá desde las 7 de la mañana y ya son las 10.30 y no me he estrenado, no he cargado pasaje y así pasan horas y horas, y si cargas a más de una persona la multa es de 7 a 8 mil pesos y el auto te lo quitan para que haga dos meses en el corralón”, expuso.
En su caso, dijo que cumple con mantener sanitizado el vehículo e incluso en el lugar donde hacen base, a un costado de la Catedral, están lavando y tirando cloro constantemente para evitar riesgos.
Ante la falta de pasaje y, por ende, de ingresos, dijo que es imposible poder costear las nuevas disposiciones de la ley, pero dijo que ojalá la situación mejore para poderlo hacer.
Por su parte, el señor Eduardo Zetina, quien es taxista a través de un servicio de plataforma de la empresa Drixi, señaló también que el principal problema que enfrentan es la restricción de llevar sólo una persona de pasaje, pues dijo que si llevas más de una corres el riesgo de que te caiga la Dirección de Transporte.
Lamentó que, mientras a los taxistas los traen cortitos en este sentido, no sucede lo mismo con los camiones del transporte público en los que se sube a un montón de gente.
Pero además, dijo, también los Uber son tolerados y como no tienen logotipo se hacen pasar por particulares y llevan hasta 3 personas, sin que la Dirección de Transporte tome cartas en el asunto.
En su caso, dijo que el pasaje ha disminuido fácilmente en un 70 por ciento, lo que ha reducido el ingreso de forma notable.
Añadió que, al ser una plataforma, ya cuentan con sistema GPS y sistema de alarma, pero dijo que si no fuera así, ahora como está la situación, sería casi imposible poder invertir porque señaló que todo el kit cuesta como 10 mil pesos.
Por David Rico