Uno de los platillos tradicionales de la comida yucateca también se ha visto afectado en su comercialización, los expendedores de la cochinita pibil señalan que sus ventas han caído estrepitosamente durante esta pandemia hasta un 70%.
La cochinita pibil es un platillo propio de la región, que consiste en una carne de cerdo marinada con la mezcla de recado rojo y naranja agria, la cual tapan con hojas de plátano y se lleva a cocción, ya sea en horno de piedra o enterrado con el calor de la leña, además que la gente acostumbra a comerlo en fines de semana ya sea en tortas, tacos o para llevar por kilos.
La situación que a traviesan estos comerciantes dedicados a la venta de esta comida regional se refleja en su economía, únicamente están teniendo perdidas al tener bajas ventas, antes acostumbraban comercializar más de dos latas de cochinita ahora no pasa así.
Pese a que los domingos este platillo tradicional es muy demandando, desde que inicio la pandemia la situación ha cambiado, los establecimientos o domicilios donde se vende cochinita pibil sólo están viendo crisis.
Luis Antonio Balam Jiménez quién todos los domingos comercializa los platillos tradicionales que son, la cochinita pibil y el lechón al horno a un lado de la ex pista cupul, en entrevista mencionó que sus ventas han decaído poco más de un 50%, “la pandemia nos ha estado perjudicando en nuestros ingresos, la gente ya no compra, esto se debe a que no tienen dinero y otro a que ya no salen por miedo a ser contagiados de coronavirus, antes de la pandemia, acostumbraba hacer dos latas de cochinita pibil y dos de lechón y se vendía, pero ahora por esta situación hago solamente uno de cada platillo tradicional, la pandemia nos está afectando pero continuamos al pie del cañón porque hay que seguir con nuestro trabajo porque de eso dependemos”.
Doña Isabel Guerrero conocida como la popular “Chabelita” por su parte comento que ya está cansada de esta situación que está originando la pandemia, únicamente crisis económica y afectación para los comerciantes, “yo antes hacía una gran cantidad de cochinita pibil, para vender, había algo de ventas, pero desde que inicio la contingencia por el COVID-19 decayó hasta un 70%, a veces nos sobra comida esto es solo perdida para nosotros, la gente ya no compra por las medidas que se están tomando de que no se puede comer en el área de comidas los días sábado y domingo, de lunes a viernes se colocan menos de diez mesas y solamente podrán ser ocupadas por dos personas, todo esto es una grave afectación”.
Doña Luisa Cortez Méndez está dedicada a la venta de cochinita pibil por más de cuatro décadas y nunca ha vivido una situación tan crítica como la que está atravesando ahora por la pandemia, sus ventas han decaído más de un 50%, ya que anteriormente acostumbraba vender una gran cantidad de latas de cochinita ahora hace muy poco para no perder aunque se vea afectada en sus ingresos debido a que ahora obtiene muy pocas ganancias.
“la pandemia solo está trayendo más crisis, temor, la gente ya no sale a comprar por miedo a contagiarse, en el área de comidas del mercado municipal se tomaron medidas sanitarias que perjudican a los comerciantes, porque ya no pueden comer en este lugar, únicamente es para llevar, aunque se lunes a viernes se coloquen algunas mesas hay inconformidad entre las personas porque solamente tienen colocado dos sillas por mesa y lo más recomendable es que se compre para llevar, creo que esta situación es pareja pero a ver hasta dónde podemos aguantar”.
Don Miguel José Perules Polanco quien vende cochinita pibil únicamente los domingos a un costado de la glorieta del Maestro, dijo que él no se está vendiendo afectado en sus ventas de cochinita porque hace lo mínimo, “ son mis propios cerdos que estoy engordando y es lo que mato para vender ya sea en cochinita o lechón al horno, pero yo no dependo solamente de este negocio sino me dedico a vender alimento para ovino, porcino y en este ramo si está perjudicando la contingencia porque los que te compran son de otras ciudades y no se les permite el ingreso a la ciudad, nosotros vamos a las salidas a entregarles el producto”.
Por Raquel Margarita Huerta