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Yucatán

Mujeres de San José Oriente mantienen la tradicional técnica del " “xocbichuy"

San José Oriente es la única comunidad del estado donde todas las mujeres visten hipiles y ternos bordados tejidos con la técnica del "xocbichuy".
Especial Por Esto!

San José Oriente es la única comunidad de Yucatán donde prácticamente todas las mujeres visten a diario elegantes hipiles con coloridos bordados elaborados por ellas mismas, además de que contribuyen a la economía familiar al tejer desde sus casas ternos y demás prendas típicas con la ancestral técnica del “xocbichuy” para surtir pedidos de tiendas que venden ropa artesanal.

Desde la entrada a la población de apenas mil 800 habitantes, el visitante puede apreciar la peculiar imagen que ofrece esta comisaría de Hoctún por la presencia de mujeres caminando en las calles o sentadas a las puertas de sus casas, ataviadas con coloridos y profusos bordados en sus vestimentas.

Para las personas que por primera vez visitan la comunidad les pudiera parecer que el pueblo está de fiesta y todas las amas de casa y sus hijas sacaron del ropero su hipil más elegante para lucir ese día, pero la realidad es que simplemente es la tradicional forma en que se visten a diario las mujeres de San José Oriente.

Ganadora de concursos

La costumbre de portar de manera cotidiana estos atuendos es tan natural que las mujeres así realizan todas sus actividades diarias como ir al molino con el nixtamal para la obtención de la masa, cocinar, darle de comer a los animales del patio, hacer las tortillas a mano y cocerlas en el comal, e incluso hasta para desyerbar los patios y frentes de sus casas, como constataron ayer los reporteros de POR ESTO!

Doña Lucía Cen May, de 62 años de edad, junto con sus hijas, su nuera y sus dos nietas, es una de las familias de esta comisaría que se dedican al bordado de hipiles y ternos en sus casas cuando terminan sus labores del hogar.

En lengua maya, debido a que no habla español, explicó al reportero que a invitación de las autoridades y de promotores culturales ha participado en concursos estatales de bordados y en dos ocasionados ha ganado.

–Ahorita vengo, espéreme un momento, voy a buscar los hipiles con los que gané, expuso mientras acudió al interior de su casita de paja para regresar y mostrar con orgullo las muestras de sus trabajos ganadores.

Transmisión del conocimiento

Explicó que la técnica del “xocbichuy” (hilo contado) se la enseñó su mamá y su mamá a la vez recibió el conocimiento de su abuela, de tal manera que esa sabiduría se ha transferido por generación en generación.

Apuntó que ella les ha pasado la técnica del bordado a sus hijas Avelina y Celia May Cen, quienes a su vez han continuado con la enseñanza a sus nietas Amelia y Fernanda May May, de 11 y 17 años, respectivamente.

Asimismo, en la familia, también se dedica a la actividad del bordado su nuera María Magdalena May Cobá, quien de igual forma mostró los trabajos que elabora.

Doña Lucía comentó que las mujeres realizan su costura luego de que terminan sus actividades del hogar, es decir, después de cocinar, lavar la ropa, limpiar la casa, lavar trastes y demás responsabilidades que llevan a cabo todos los días.

Sentadas en sus banquillos o desde sus hamacas, las mujeres tejen y tejen por varias horas para poder terminar el bordado de una prenda, ya que las dos piezas de un hipil, por ejemplo, les puede llevar mes y medio de trabajo, mientras que de un terno hasta seis meses. El precio de cada uno puede variar de mil 500 hasta seis mil pesos, según el tipo de encargo.

Técnicas y figuras

El “xocbichuy” se hace sobre una malla (similar al canevá) a una aguja o a dos agujas, con hilo de seda o de estambre, según sea el modelo pedido.

Los comerciantes y fabricantes de ropa de Kimbilá, comisaría de Izamal, y del municipio de Hoctún, son los principales compradores y muchas de las prendas que adquieren son por encargo y de modelos específicos.

Las mujeres de San José Oriente pueden tejer y plasmar figuras de rosas, margaritas, tulipanes, así como de mariposas, pájaros y otros animales.

Expusieron que la pandemia del coronavirus también les ha afectado debido a que, al cerrarse las tiendas que expenden ropas y cancelarse la visita de turistas a las ciudades, ya no hay ventas y tampoco pedidos para que ellas elaboren más bordados.

A sus 62 años, doña Lucía no utiliza lentes para costurar y presume que su buena salud se debe a que casi todo lo que se come en la población es de origen natural.

–Podemos tener necesidades de dinero, pero acá en el patio tenemos nuestro cochinito, gallinas y maíz para que coman todos, observó.

Gente trabajadora

Añadió que pocas veces compran carne en la comunidad, ya que cuando requieren consumir ese alimento lo toman de algunos de los animales que crían, además los hombres de la casa salen a cazar y traen del monte venado, conejo, pavo de monte e incluso jabalí.

En efecto, los reporteros constataron el cerdo amarrado al fondo del patio, las docenas de gallinas que les daba de comer una de sus hijas y dos borregos que estaban en el corral. La familia también tiene resguardada en sacos cientos de mazorcas de maíz producto de la milpa, las cuales se desgranan a diario para hacer el nixtamal y llevarlo al molino para convertirlo en masa y finalmente en tortillas. Muchas de las familias de la localidad también tienen colmenas para la producción de miel, así como también gustan de cultivar hortalizas como calabazas, espelón, chile y otros productos.

Lamentablemente, la pasada tormenta tropical Cristóbal inundó todas las plantaciones de la comunidad sin que a la fecha los afectados reciban algún apoyo de las autoridades. Sobre este tema abundamos en nota aparte.

Al abundar sobre el trabajo artesanal que realiza, la señora Lucía hizo notar que de día teje la puntada más difícil para aprovechar la luz del sol, mientras que de noche lleva a cabo la labor más fácil porque hay menos luz.

Cuando los reporteros llegaron a la comunidad, tres de las mujeres limpiaban el frente de sus casas y aprovecharon para exponer también sus quejas de que las autoridades de la localidad no retiran la basura y mantienen sucias varias calles.

Por Rafael Mis Cobá

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